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Endeudarse no es suficiente

Para los analistas nada se resuelve con aumentar el techo legal del endeudamiento, cuando lo que debería hacerse es reducir el gasto, aumentar los impuestos y vigorizar la economía. Pero Estados Unidos no parece dispuesto a tomarse la medicina que el Fondo Monetario Internacional le recetó en su momento a las economías latinoamericanas cuando pasaron por un trance similar. O como está sucediendo ahora en Grecia, Irlanda, Portugal, España y próximamente Italia.

8 de agosto de 2011 Por:

Para los analistas nada se resuelve con aumentar el techo legal del endeudamiento, cuando lo que debería hacerse es reducir el gasto, aumentar los impuestos y vigorizar la economía. Pero Estados Unidos no parece dispuesto a tomarse la medicina que el Fondo Monetario Internacional le recetó en su momento a las economías latinoamericanas cuando pasaron por un trance similar. O como está sucediendo ahora en Grecia, Irlanda, Portugal, España y próximamente Italia.

El pasado viernes, luego de que se lograra el acuerdo entre el gobierno y el Congreso para aumentar el límite de endeudamiento en los Estados Unidos, la firma acreditadora de riesgo Standard & Poor’s, rebajó la calificación de la deuda estadounidense. Aunque leve, la rebaja significa que a esa firma no la convenció el acuerdo alcanzado entre republicanos y demócratas, como sucedió en las principales bolsas de valores del mundo.Esta baja de calificación de la deuda americana no tiene antecedentes históricos. Y más que a las cifras de un endeudamiento sin duda elevado, parece tener en cuenta otras realidades económicas. Lo cierto es que la economía de Estados Unidos apenas creció en el primer semestre de este año, y hay 25 millones de personas o desempleadas, o trabajando involuntariamente a tiempo parcial, o que han abandonado la fuerza laboral.Alto endeudamiento, elevado déficit fiscal, bajo o nulo crecimiento económico y desempleo sostenido, configuran todo un paquete de circunstancias que muestra las dificultades en que se debate la economía de la gran nación americana. Y los analistas de riesgo tienden a mirar todo el paquete, antes que un aspecto parcial de él.Para ellos el problema es de orden estructural y se parece a la crisis económica vivida por América Latina durante la década de 1980. Estados Unidos ha aumentado significativamente el gasto público hasta el punto de que éste supera ampliamente los ingresos de la nación. Lo que resulta insostenible cuando la economía no crece al ritmo necesario, se aumentan las responsabilidades militares en el exterior y no se modifica la estructura tributaria del país.Para los analistas nada se resuelve con aumentar el techo legal del endeudamiento, cuando lo que debería hacerse es reducir el gasto, aumentar los impuestos y vigorizar la economía. Pero Estados Unidos no parece dispuesto a tomarse la medicina que el Fondo Monetario Internacional le recetó en su momento a las economías latinoamericanas cuando pasaron por un trance similar. O como está sucediendo ahora en Grecia, Irlanda, Portugal, España y próximamente Italia.Lo más grave es que no se trata tan sólo de una postura de determinado sector político, sino de una especie de sentimiento ciudadano, que desde luego influye en las elecciones, por el que nadie quiere renunciar a los beneficios acostumbrados en el llamado American way of life. Los dirigentes estadounidenses no parecen conscientes de los cambios mundiales, como tampoco de los costosos errores cometidos en el manejo fiscal de su Nación. Nadie quiere pagar por las guerras absurdas, por la permisibilidad a la especulación financiera, por los subsidios agrícolas, por el gasto militar, por las gabelas tributarias a los grandes capitales.Endeudarse más es la receta que, desde luego, sólo puede conducir al desastre económico. El gobierno chino, principal tenedor de los bonos de deuda pública estadounidense, ya calificó el acuerdo gringo como “una irresponsabilidad”. Y puede que tenga razón: se echó más gasolina al fuego, mientras los desajustes estructurales permanecen incólumes.

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