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El trasteo electoral

Es la repetición eterna de un delito que no ha sido posible erradicar, y que demuestra cómo el voto se ha convertido en un bien transable con el cual se pueden alterar decisiones de gran importancia en las localidades pequeñas.

27 de septiembre de 2011 Por:

Es la repetición eterna de un delito que no ha sido posible erradicar, y que demuestra cómo el voto se ha convertido en un bien transable con el cual se pueden alterar decisiones de gran importancia en las localidades pequeñas.

De nuevo se descubren los intentos por falsear la voluntad popular en las elecciones del próximo 30 de octubre. Esta vez, el descubrimiento de un importante número de cédulas inscritas en los municipios de Colombia y en especial del Valle hace pensar que no existe preparación o voluntad en el Estado para combatir viejos vicios de la política.En esta ocasión fue la anulación de 39.156 cédulas inscritas en todos los municipios vallecaucanos, en un nuevo ejercicio del trasteo de votos mediante el cual se desvirtúa la voluntad de las comunidades en la elección de sus alcaldes y sus concejales. Es la repetición eterna de un delito que no ha sido posible erradicar, y que demuestra cómo el voto se ha convertido en un bien transable con el cual se pueden alterar decisiones de gran importancia en las localidades pequeñas. Según las autoridades, esta es apenas una primera revisión sobre lo que ocurre en el Valle. Pero basta preguntar cuántos votos se necesitan para elegir un concejal en Yotoco, donde se encontraron 1.270 cédulas inscritas, correspondientes a personas que no viven allí y que no tienen vínculo alguno con ese municipio. O en Ginebra, donde el Consejo Nacional Electoral encontró 1.744 de esas inscripciones y en Restrepo, donde se encontraron 946 cédulas y se afirma que el número de votantes inscritos supera la población municipal. Y qué decir de Yumbo y Buenaventura, donde la influencia de circunstancia extrañas ha dejado una larga estela de amenazas e incluso de homicidios causados por las aspiraciones a los cargos de elección popular. Comparados con los datos sobre la cantidad de votos que se necesita para elegir las autoridades municipales, las cifras dan a entender el impacto que tendrá en la elección de las autoridades municipales el fraude que pretende realizarse. Fraude que según el registrador para el Valle, Jorge Humberto Cárdenas, involucra al millón de ciudadanos que se prestaron a cometer el delito por unos pocos pesos. Una cifra absurda, que si bien ha sido anulada por el CNE, hace temer por las consecuencias que en la transparencia y el buen manejo de las instituciones municipales puede tener la costumbre de alterar a cualquier precio el resultado electoral. Todo lo cual lleva a preguntar por qué no se le otorga importancia a las elecciones locales y regionales en Colombia, no obstante los descalabros que produce la corrupción que usa esas prácticas perversas en la democracia y la legitimidad de las instituciones. Y por qué no ha sido posible adoptar un código electoral acorde con la situación, así como los recursos técnicos que eviten los fraudes que desde ya pueden anticiparse.Tampoco es fácil de entender la razón por la cual no existen condenas judiciales que castiguen a los autores materiales e intelectuales de la conspiración que se ejecuta a ojos de todo el mundo. Como no parece fácil de aceptar el que tantos colombianos presten sus nombres o enajenen su derecho a elegir, poniendo en riesgo el manejo del Estado y en entredicho el carácter democrático de nuestra Nación.

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