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El saldo en rojo

A los colombianos se les debe educar para que protejan los ecosistemas que los rodean y cuiden sus recursos ambientales. Lo cual será más factible si a la par de involucrarlos en su conservación se les brinda la oportunidad de beneficiarse de ellos.

20 de junio de 2015 Por:

A los colombianos se les debe educar para que protejan los ecosistemas que los rodean y cuiden sus recursos ambientales. Lo cual será más factible si a la par de involucrarlos en su conservación se les brinda la oportunidad de beneficiarse de ellos.

Conocer cuál es el estado real de sus ecosistemas es el primer paso para que Colombia defina las acciones que permitan su recuperación y sostenibilidad. Por eso es importante la lista roja de zonas naturales en peligro de desaparecer, divulgada esta semana, que será una herramienta útil si no se queda sólo en el papel.El estudio adelantado por el Instituto Alexander Von Humboldt sobre los sistemas ambientales terrestres del país, reconoce que el 22% de los ecosistemas nacionales se encuentran en estado crítico por las intervenciones a las que han sido sometidos y por los daños derivados del cambio climático. Otro 42% ha sufrido alteraciones moderadas y requieren de medidas urgentes para prevenir su desaparición. Los efectos más graves de la depredación ambiental los han sentido los sistemas secos, los humedales de la zona andina y los bosques secos del Caribe. Los índices conocidos son preocupantes para un país que está entre las cinco naciones con mayor biodiversidad y con sistemas naturales únicos, que son indispensables para la vida del Planeta. Esa riqueza especial hace hoy de Colombia una potencia en medio ambiente, y también implica que tiene la responsabilidad de garantizar su conservación, para beneficio de su población y del resto del mundo.La investigación, primera de su clase que se realiza en el mundo, traza el punto de partida para establecer las políticas y las acciones que el Estado emprenderá para asegurar la recuperación, protección y desarrollo sostenible de los ecosistemas en peligro. Un propósito que será difícil de alcanzar si no se destinan los recursos técnicos y económicos suficientes, y si no se compromete a todas las instancias de la nación a participar de forma activa. El apoyo de los gobiernos locales y regionales, del sector privado, de la comunidad internacional y de las organizaciones especializadas en medio ambiente es necesario para detener el deterioro de la naturaleza, pero es en la comunidad donde se encuentra el socio más importante para lograr ese objetivo. A los colombianos se les debe educar para que protejan los ecosistemas que los rodean y cuiden sus recursos ambientales. Lo cual será más factible si a la par de involucrarlos en su conservación se les brinda la oportunidad de beneficiarse de ellos. Un ejemplo de lo que podría lograrse está en el litoral Pacífico, una región con la más grande riqueza en biodiversidad y a la vez con más altos índices de desigualdad en el país. En sus 1.350 kilómetros de costas y 450.000 hectáreas de reserva ecológica está la posibilidad de llevar desarrollo social y económico a una zona donde habita el 8,37% de la población nacional, el 60% de la cual vive en condiciones de pobreza.Si se logra salvar el tesoro natural que tiene Colombia y a la vez éste sirve para llevar más bienestar a los colombianos y al mundo en general, listas rojas como la publicada por el Instituto Alexander Von Humboldt habrán cumplido su verdadero propósito.

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