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El rumbo del gobierno

La cita en la Hacienda de Hato Grande debió servir también para que todos sus asistentes se dieran cuenta de la responsabilidad que han asumido como administradores de una Nación con problemas y, ante todo, con muchas posibilidades de superarlos. Y para mostrarles que en su capacidad de unir a los colombianos, no en la división, estará la clave para construir un país mejor y una sociedad más tolerante.

1 de octubre de 2022 Por: Editorial .

En medio de la confusión que han causado las posturas de varios de sus integrantes, el equipo de gobierno del presidente Gustavo Petro se reunió por primera vez el pasado viernes. El pronunciamiento del jefe del Estado indica que no es lo más coherente, lo que los colombianos han recibido como mensaje de lo que será el rumbo del Gobierno Nacional.

La reunión, la primera en cincuenta y cinco días, es parte de las acciones normales de un grupo de personas provenientes de distintas vertientes que deben ponerse de acuerdo y tener objetivos comunes. Más aún cuando su obligación es gobernar a un país con cuarenta y ocho millones de habitantes que debe ser administrado por un Estado con más de un millón de servidores públicos, los cuales deben tener una guía para el cumplimiento de sus deberes.

La reunión en Hato Grande no podía ser más oportuna y necesaria. Más allá de la inexperiencia, lo que se ha estado presentando es una serie de discursos y posiciones que en algunos casos parece incoherente, despertando alarma y desconcierto en todos los sectores. Y no es sólo un asunto de comunicaciones o de oficinas de prensa que trasmitan un mensaje coherente en el cual, como siempre ocurre, se destaque la labor que cumple el gobierno frente al país.

El resumen se produjo cuando el presidente Petro, que llegó cuatro horas tarde a la importante cita que debe marcar la agenda del gobierno a su cargo, pronunció lo que más parece un discurso que un resumen. Cambio fue la palabra que más usó el que debe ser el líder de la organización creada para administrar al país. Y la Paz Total como programa bandera que debe orientar las acciones de la Administración designada por él para ejecutar sus orientaciones.

El Mandatario se refirió también al Plan de Desarrollo que debe presentar al Congreso. Así como ha causado preocupaciones el mensaje disperso y a veces contradictorio que sale de las diferentes dependencias del Gobierno Nacional, llama la atención el que se haya realizado una gran promoción de las reuniones, denominadas Diálogos Regionales Vinculantes que el gobierno ofreció realizar en las regiones como la base del Plan y éstas hayan sido suspendidas de manera abrupta.

La cita en la Hacienda de Hato Grande debió servir también para que todos sus asistentes se dieran cuenta de la responsabilidad que han asumido como administradores de una Nación con problemas y, ante todo, con muchas posibilidades de superarlos. Y para mostrarles que en su capacidad de unir a los colombianos, no en la división, estará la clave para construir un país mejor y una sociedad más tolerante.

Es de esperar que la reunión de planeación estratégica haya producido los lineamientos que requiere planear la acción del Ejecutivo para los próximos cuatro años y no solo en materia de comunicaciones, lo que parece ser la gran preocupación de quienes citaron la reunión en Hato Grande. Lo que todos los colombianos requieren es que exista un mensaje claro sobre lo que será el rumbo del Gobierno Nacional, cuáles serán sus prioridades como administrador de los asuntos públicos y cómo los afectará en su vida diaria.

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