El pais
SUSCRÍBETE

El cese bilateral de fuego

Está bien que así sea, siempre y cuando no signifique detener la acción de la Fuerza Pública en defensa de la Nación y contra las organizaciones que amenazan la tranquilidad y el orden público. Y antes de un compromiso de las Farc de cesar las actividades criminales en forma definitiva. Eso parece quedar claro tanto en la alocución presidencial como en las declaraciones del general Óscar Naranjo, miembro de la comisión negociadora.

18 de enero de 2015 Por:

Está bien que así sea, siempre y cuando no signifique detener la acción de la Fuerza Pública en defensa de la Nación y contra las organizaciones que amenazan la tranquilidad y el orden público. Y antes de un compromiso de las Farc de cesar las actividades criminales en forma definitiva. Eso parece quedar claro tanto en la alocución presidencial como en las declaraciones del general Óscar Naranjo, miembro de la comisión negociadora.

Luego de reconocer que Las Farc han cumplido con el cese el fuego unilateral, el presidente Juan Manuel Santos precisó que había ordenado abrir la negociación para un posible cese bilateral y definitivo. Lo que implica empezar a tratar el último y más importante punto de la negociación que ya cumple dos años y medio. En esos términos, el Primer Mandatario de los colombianos hizo claridad sobre lo que está ocurriendo en la mesa de negociación de La Habana. Así no se hayan conocido mayores avances en lo referente a las víctimas y su reparación, y falten acuerdos sobre puntos esenciales en materia de los temas agrarios, del narcotráfico y sobre la participación en política de las Farc, el Gobierno ha considerado abrir la discusión sobre lo que, en términos prácticos, significa la desmovilización del movimiento armado.Está bien que así sea, siempre y cuando no signifique detener la acción de la Fuerza Pública en defensa de la Nación y contra las organizaciones que amenazan la tranquilidad y el orden público. Y antes de un compromiso de las Farc de cesar las actividades criminales en forma definitiva. Eso parece quedar claro tanto en la alocución presidencial como en las declaraciones del general Óscar Naranjo, miembro de la comisión negociadora. De lo que se trata es de empezar a revisar temas tan neurálgicos como la desmovilización y el fin de la actividad bélica de la guerrilla.Con ello deben aclararse las inquietudes que han surgido en las últimas semanas, producidas casi todas a raíz de la presión mediática de la guerrilla y aumentadas por declaraciones de un asesor internacional del Gobierno. Nada podría ser más nocivo que suspender la acción de la Fuerza Pública antes de tener un compromiso solemne y definitivo de cesar cualquier acción criminal, incluida la amenaza a los colombianos. Eso sería repetir errores lamentables del pasado, cuando las Farc aprovecharon la buena fe y el interés de los gobernantes para armarse y ampliar sus actividades ilegales.Bajo esos parámetros, es necesario decir que conversar sobre el cese bilateral de fuego es parte esencial de cualquier negociación de esta clase. Por eso no debe parecer extraño que el presidente Santos cree un Comando dentro de las Fuerzas Armadas para tratar la desmovilización de las Farc. Está claro que en el evento en que se llegue al acuerdo final, los soldados y policías serán los encargados de garantizar su cumplimiento y de proteger tanto a la Nación como a los desmovilizados. Lo cual no significará que abandonen su obligación de combatir todas las formas de delincuencia en nuestro país. Por lo demás, no sobra recomendar que se eviten especulaciones sobre asuntos tan sensibles para la Nación. Es entendible que en algunos sectores se quiera impulsar el cese el fuego bilateral como demostración de confianza hacia la negociación. Pero nadie puede desconocer la historia llena de incumplimientos de las Farc siempre que se ha aceptado otorgarles concesiones como esa o el despeje del Caguán. Por ello, y mientras no exista acuerdo definitivo, la Fuerza Pública debe seguir cumpliendo su papel constitucional como defensora de la vida, honra y bienes de los colombianos.

AHORA EN Editorial