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Contra la corrupción

Condenar la corrupción en todas sus formas y desterrar los daños que produce a la confianza en el Estado es un imperativo para nuestra sociedad.

26 de agosto de 2018 Por: Editorial .

Condenar la corrupción en todas sus formas y desterrar los daños que produce a la confianza en el Estado es un imperativo para nuestra sociedad. Por ello, la consulta popular que hoy se realizará en toda Colombia debe tener la acogida que se requiere para defender la democracia y sus instituciones de uno de sus peores enemigos.

Según un estudio de la Contraloría General de la República, en sus garras se pierden cincuenta billones de pesos cada año, de los sectores público y privado, de los impuestos que pagamos los contribuyentes, de los recursos que deben administrar los funcionarios y de quienes contratan con ellos. De otra parte, la Universidad Externado de Colombia publicó una investigación, según la cual más de cien billones de pesos se apropiaron los corruptos entre los años 1991 y 2011.

Narrando los casos y las diferentes formas, podríamos llenar las páginas de esta edición y nos quedaría faltando mucho espacio. Es que la corrupción se convirtió en un mal endémico que empobrece a nuestra Nación en lo económico y, ante todo, en la moral y la ética que deben guiar las relaciones sociales, económicas y públicas.

Luego de un largo trámite no exento de polémicas y contradicciones, nació la consulta popular que tendrá lugar hoy. Es un proyecto que sin duda se queda corto en abarcar todos los fenómenos de la corrupción, aunque algunos de los siete ítems, que serán votados, ya han sido reglamentados.

Infortunadamente, la rigidez de las formas y del legalismo arraigado en nuestras costumbres, impiden invocar en detalle la urgencia de romper con vicios y leguleyismos, por los que se ha colado la inmoralidad basada en que lo que no está prohibido por las leyes está permitido.

Contra esas perniciosas costumbres, Colombia realizará una consulta popular insólita en nuestra historia y poco usual en el contexto internacional. Siete preguntas y la convocatoria a responderlas en forma positiva, es el desafío que tendrán los colombianos y no solo los promotores de la iniciativa.

Es claro que se necesitan más de doce millones de votos para que sea aprobada y el Estado, el Gobierno, el órgano Legislativo y el Judicial actúen en consecuencia.

El reto es enorme, en un país caracterizado por la abstención y por la abulia que acompaña a muchos de quienes se quejan por los daños que causa la corrupción pero poco hacen, o por la oposición de aquellos que se han lucrado de su práctica, destruyendo de paso la confianza pública.

Pero nadie puede darse por derrotado y lo que se debe producir es la convocatoria de los mismos ciudadanos que derrote ese abstencionismo y acompañe el clamor de rechazo y el interés de desterrar ese veneno que ha penetrado gran parte de nuestras instituciones y empresas privadas.

Hoy es el día de pronunciarse de manera abundante contra la corrupción para que no quede duda de la condena nacional a ese cáncer, y para reafirmar el compromiso de los colombianos con la transparencia que es enemiga del latrocinio y la amoralidad. Por eso hay que salir a votar en la consulta y a motivar la participación de nuestros compatriotas.

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