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Compromiso ambiental

Para ello se necesita que exista voluntad política, y además contar con el presupuesto necesario, que no será poco, para que se cumplan las 196 acciones que se plantean en el proyecto de ley y se deberán realizar en su mayoría en la siguiente década.

1 de octubre de 2021 Por: Editorial .

Colombia ha firmado compromisos ambiciosos para contener las acciones que inciden en el cambio climático y para proteger sus recursos naturales, que si bien son importantes para el país también repercuten en la salud del planeta. Cumplir con ello en los tiempos establecidos y en las proporciones ofrecidas es crucial, la cuestión es si se logrará y cómo se hará.

Lo que espera el país es reducir en un 51% las emisiones de gases de efecto invernadero al 2030, conseguir la neutralidad en carbono para el año 2050, bajar a cero la deforestación en los próximos nueve años, así como hacer una rápida transición energética, disminuir la pérdida de su biodiversidad, la segunda en especies y número en el mundo, y trabajar en la recuperación de sus recursos ambientales. Si bien ya se le reconoce como una de las naciones con mayores avances en su legislación, adolece como la mayoría de Estados de eficiencia en sus acciones.

Ahora, acorde con esos compromisos que se ratificarán en la próxima cumbre de cambio climático, COP 26, que se realizará en noviembre en Escocia, el Gobierno Nacional presentó ante el Congreso su proyecto de ley de Acción Climática, con el que busca acercarse a sus propósitos y dejar un rumbo marcado sobre lo que se necesita hacer en los próximos años. Como a este gobierno le quedan menos de diez meses para concluir, ello significa que les corresponderá a los dos siguientes la ejecución de las disposiciones que determine la nueva legislación.

Para ello se necesita que exista voluntad política, y además contar con el presupuesto necesario, que no será poco, para que se cumplan las 196 acciones que se plantean en el proyecto de ley y se deberán realizar en su mayoría en la siguiente década.

La estrategia pasa porque al menos un 30% de las áreas marinas y continentales entren en categoría de conservación, que se restauren un millón de hectáreas y se aplique un manejo sostenible de 2,5 millones de hectáreas para estabilizar las fronteras agropecuarias. Así mismo propone que para el 2030 se alcance una circulación de 600 mil vehículos eléctricos, se renueven 57.000 automotores de carga y por la transición energética se disminuya en 11 millones de toneladas la carga de emisiones de carbono.

Lo que ya debería ser una realidad, que el medio ambiente y el cambio climático sean cátedras incorporadas a los programas de educación formal primaria y media en el país, es otro de los aspectos que establece la propuesta de ley. Esa es la base sobre la que tendría que estar cimentada cualquier acción ambiental y ecológica en Colombia, porque es la que garantizará que desde la más temprana edad quienes hacen parte de la sociedad comprendan su responsabilidad en hacer de su comunidad, de su país y del mundo los lugares sanos que se necesitan para vivir en armonía con su entorno y con la naturaleza.

El trámite de la Ley de Acción Climática apenas comienza y se espera que surta el tránsito en el Congreso para que se convierta en hoja de ruta para la Nación. Y que después se imponga la voluntad política para garantizar los recursos económicos y se evite otra frustración, con la gravedad que ello tendría para el medio ambiente de Colombia y del mundo.

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