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Cómo destruir un país

Esa enorme y triste estadística es posible, no obstante que cinco millones de venezolanos, el 14% de sus habitantes, ha huido, o mejor, han sido expulsados por la miseria a la cual condenaron a su país los ideólogos de Cuba, del chavismo y del socialismo Siglo XXI

30 de septiembre de 2021 Por: Editorial .

Venezuela es la más cercana expresión de cómo se puede destruir un país y de la manera en que los ideologismos populistas pueden ocasionar la peor tragedia humanitaria entre sus habitantes. Es aquella que se justifica con discursos mentirosos que declaran el apego a la democracia, a la libertad y a la paz mientras condena a una Nación a la miseria y el odio.

Hoy entró en vigencia la tercera reconversión monetaria en los últimos 23 años. Se trata de quitarle seis ceros a los billetes que empezarán a circular con el nombre de Bolívar Digital, como si con ello el chavismo que manda en Venezuela quisiera traer el nombre del Libertador a valor presente. La verdad es que detrás de esa maniobra está la necesidad de encubrir la ruina en la que cayó la economía venezolana por culpa de la dictadura que inició el coronel Hugo Chávez.

Lo que ese cambio significa es que la moneda venezolana no vale nada. Más preciso, que entre la llegada de la revolución que impusieron el comandante Chávez y los dictados de la dictadura cubana, el Bolívar ha perdido catorce ceros, lo que quiere decir que un pan que costaba un Bolívar en el 2007 hasta ayer debió pagarse con cien billones. Y mañana valdrá apenas uno de esos nuevos billetes que se emitieron como si fuera la solución a la ruina a la cual condenaron la que fue en un momento la nación más rica de Latinoamérica.

Por ello, en Venezuela todo está dolarizado y la moneda nacional es símbolo del fracaso. El resultado es que los venezolanos fueron despojados de sus ingresos con una inflación que llega al 1000% anual. Y que sus salarios y sus pensiones valen menos que nada porque no les alcanzan para comprar siquiera un pan y mucho menos un galón de gasolina pese a que su subsuelo tiene una de las más grandes reservas de petróleo del planeta. Por ello, y como lo revela la Encuesta de Condiciones de Vida, la pobreza llega al 94,2% de la población y la pobreza extrema al 76,6% de quienes quedan en su país.

Esa enorme y triste estadística es posible, no obstante que cinco millones de venezolanos, el 14% de sus habitantes, ha huido, o mejor, han sido expulsados por la miseria a la cual condenaron a su país los ideólogos de Cuba, del chavismo y del socialismo Siglo XXI. Aquellos que vendieron la revolución como respuesta a la injusticia y la corrupción, hoy siguen aferrados al mismo discurso, asfixiando la democracia y las libertades mientras su nación se deshace, la violencia y la escasez imponen sus leyes y la dictadura soportada por las bayonetas de las Fuerzas Armadas Bolivarianas sigue haciendo uso de la barbarie y la pobreza para mantener su tiranía.

Así se destruye un país y se condena a la inopia o al exilio a un pueblo que ya no puede vivir en su patria porque fue sentenciado a la miseria y al envilecimiento de la sociedad. Vendiendo la idea de que en el comunismo y el dogma está la salvación, mientras se siembra el odio, se divide a la población y se crea una casta de privilegiados que se rapan las riquezas de toda una nación como Venezuela, Cuba, Nicaragua o cualquiera que caiga en la trampa del socialismo Siglo XXI.

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