Cali, sin semáforos

“Que se robaron el cableado”. “Que se llevaron los controladores y que cada uno cuesta como 200 mil pesos”. Los caleños ya aprendieron a repetir una y otra vez las razones por las cuales muchos de los semáforos de la ciudad están fuera de servicio. Incluso, al tener que utilizar cruces en los que llevan más de cuatro meses dañados, pareciera que los conductores y los peatones de Cali se resignaron a que la única luz que alumbra en ellos es la del riesgo.

En la Autopista Simón Bolívar, que atraviesa toda la capital vallecaucana, pero también en la Avenida Sexta, en la Avenida Ciudad de Cali, en varios tramos de la Avenida Pasoancho, en la Carrera 70, en fin, en muchos sectores de la Sultana del Valle los cruces semafóricos no funcionan y la única posibilidad que unos y otros tienen de atravesar las esquinas es arriesgando sus vidas y las de los demás.

De hecho, si bien en las denominadas ‘horas pico’ en varios de esos puntos es frecuente que haya reguladores controlando el tráfico, esa realidad cambia muchas veces los fines de semana y casi que por completo durante la noche, justamente cuando la oscuridad aumenta la posibilidad de un siniestro vial y los guardas de Tránsito desaparecen como por arte de magia.

Entonces, es la ley del más fuerte la que termina por imperar al momento de definir quién tiene la prelación para avanzar por una determinada avenida, con los consecuentes accidentes que, en el mejor de los casos, generan pérdidas económicas para los propietarios de los vehículos que colisionan, pero que revisten mayor gravedad todavía cuando hay personas heridas o incluso fallecimientos por esa causa.

Ya es hora de que las autoridades de Movilidad y de Seguridad de la capital del Valle del Cauca tomen cartas en este asunto de manera concreta y efectiva, para que los delincuentes no se sigan sustrayendo estos elementos de los semáforos de la ciudad, sumiendo a la población en un caos. ¿Será que en otras urbes del país también se viven robando los semáforos y los controladores sin que nadie haga algo al respecto para evitarlo?

Además, si algo demuestra que una ciudad es organizada, es su tráfico. Pero, con tantos y tantos semáforos dañados a lo largo y ancho de Cali, la imagen que los turistas se están llevando de nuestra capital es la de una urbe desordenada, donde la anarquía es la que impera a la hora de conducir un vehículo, porque no hay una luz roja que, al encenderse, indique, por ejemplo, que los peatones pueden atravesar la vía sin poner en riesgo sus vidas.

Los ciudadanos no necesitan que las autoridades de Movilidad les digan que son más o menos los cruces semafóricos dañados o que les recuerden que en la pasada Administración se celebró un contrato para la llamada semaforización inteligente que dejó muchos vacíos y que está siendo materia de investigación. Si bien esto último es cierto, lo que los caleños urgen es contar con una mínima señalética que les permita poder desplazarse en medio del ya caótico tráfico que enfrenta esta capital. Pero esa misión es cada más difícil, cuando los que tienen luz verde son quienes están acabando con los semáforos de Cali.