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Argentina: otra quiebra

"La disminución de las reservas argentinas es consecuencia directa de la política económica seguida por la señora Cristina Fernández que genera temor entre los inversionistas extranjeros. Una política, si así puede llamarse, en la que el populismo hizo perder el horizonte sobre la obligación de dar estabilidad a su país, y donde la corrupción de los gobernantes echaron por la borda la obligación de garantizar a sus ciudadanos una economía sana".

20 de junio de 2014 Por:

"La disminución de las reservas argentinas es consecuencia directa de la política económica seguida por la señora Cristina Fernández que genera temor entre los inversionistas extranjeros. Una política, si así puede llamarse, en la que el populismo hizo perder el horizonte sobre la obligación de dar estabilidad a su país, y donde la corrupción de los gobernantes echaron por la borda la obligación de garantizar a sus ciudadanos una economía sana".

El pasado miércoles, la Cámara de Apelaciones de Nueva York levantó la medida cautelar que le evitaba a Argentina pagar unos US$1.330 millones más en intereses a los ‘holdouts’ o ‘fondos buitre’, dos días después de que la Corte Suprema de EE.UU. rechazara una apelación.Ante esta situación el Ministerio de Economía reiteró su voluntad de pagar a los acreedores que ingresaron en los canjes del 2005 y el 2010. Pero dijo que no podrá hacerlo, ya que corre el riesgo de que los fondos sean embargados para abonar a quienes rechazaron las reestructuraciones.Es decir, si pero no. De producirse esta cesación de pagos, el país austral entrará en una complicada situación que puede semejarse a la vivida durante el ‘corralito’. Se le denominó así a la restricción de la libre disposición de dinero en efectivo impuesta por el gobierno de Fernando de la Rúa en el mes de diciembre de2001, y se prolongó por casi un año.La principal consecuencia al restringirse bruscamente la liquidez monetaria es que ahogaron todo movimiento económico, paralizando el comercio y el crédito, rompiendo las cadenas de pago y asfixiando a la “economía informal o no formal” de la cual depende la subsistencia cotidiana de una porción significativa de la población. Todo terminó con un descontento general que llevó a la caída del gobierno de Fernando de la Rúa.Para el exsecretario de finanzas Guillermo Nielsen, quien negoció la reestructuración de la deuda soberana, si Argentina no acata los fallos desfavorables quedará “alejada del mejor mercado financiero del mundo” durante los próximos doce años. “Esto va a afectar todas las decisiones de las grandes empresas argentinas y del mercado financiero argentino durante varios gobiernos”, señaló en declaraciones a distintos medios locales.Aunque resulte fácil para algunos analistas culpar de esta decisión a la Justicia estadounidense que, según ellos, siempre favorece al sector financiero de la economía, la verdad es que buena parte de problema se debe al bajo nivel de reservas del Banco Central Argentino, lo mismo que al manejo despreocupado de la enorme deuda externa del país. El mismo Nielsen criticó la situación, y dijo que si las reservas argentinas fueran tan altas como las de sus vecinos latinoamericanos, pagarle a los ‘holdouts’ no sería tan problemático.Ahora bien, la disminución de las reservas argentinas es consecuencia directa de la política económica seguida por la señora Cristina Fernández que genera temor entre los inversionistas extranjeros. Una política, si así puede llamarse, en la que el populismo hizo perder el horizonte sobre la obligación de dar estabilidad a su país, y donde la corrupción de los gobernantes echaron por la borda la obligación de garantizar a sus ciudadanos una economía sana.Por eso, Argentina está de nuevo al borde del precipicio con una inflación enorme, un desempleo galopante y una pérdida de confianza inocultable. En tanto, los mercados internacionales castigan su deuda, a la espera de una quiebra que parece inevitable

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