Anuncios poco creíbles

Esta semana, mientras el líder de las autonombradas disidencias de las Farc Estado Mayor Central, EMC, alias Iván Mordisco, publicaba un video en el que le decía al Presidente de la República que “las puertas de la paz están abiertas”, un grupo de sus hombres asesinaba al indígena Eider Alfonso Osnas, quien, tras ser víctima de un atentado criminal, estaba siendo trasladado a una clínica de Cali.

El vehículo en el que lo llevaban herido, al parecer, fue interceptado en un retén montado por el frente Dagoberto Ramos de esa organización armada al margen de la ley y, según dijeron testigos de los hechos, “pararon la ambulancia, la abrieron y remataron al hombre”.

Sin embargo, tan perversa acción trató de un hecho aislado. Según recientes cifras entregadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja, de los 73 actos violentos que entre enero y mayo de 2024 se cometieron contra la asistencia médica en el marco de los conflictos armados que tienen lugar en el país, el 41 % se presentaron en el departamento del Cauca, donde opera ampliamente el EMC.

Entonces vale preguntarse por qué se debe creer en las promesas de paz de Néstor Gregorio Vera, como se llama en realidad ‘Iván Mordisco’, si la organización que él lidera, conocedora de que está obligada a cumplir el Derecho Internacional Humanitario, viola flagrantemente las llamadas normas de la guerra, que prohíben atacar una ambulancia.

Y también lleva a cuestionar la veracidad del anuncio hecho por ese guerrillero en el sentido de que no atentarán contra los eventos que se desarrollen en el marco de la COP16 que se realizará en octubre en Cali.

Es por ello que las autoridades regionales y nacionales deben mantener la alerta máxima que ya está planeada para garantizar la seguridad en la cita ambiental orbital, de manera que propios y visitantes sientan plena confianza de asistir a ella, más allá de que el EMC acuda a la retórica subversiva que supuestamente antepone su “compromiso con la vida del planeta” a “los intereses del gran capital imperial”.

Sobre todo porque, de acuerdo con información proporcionada por los organismos de inteligencia del país, el bloque del Estado Mayor Central que opera en esta región, que reúne al menos a 3500 hombres y mujeres en sus filas, podría estar creciendo debido al reclutamiento de menores, especialmente en el propio Cauca y el Putumayo.

Entonces, sin importar lo que anuncien los grupos al margen de la ley que tienen presencia en el suroccidente colombiano, las autoridades deben blindar la capital del Valle y sus municipios aledaños, puesto que cualquier acción terrorista que ocurra en localidades como Jamundí, Florida, Santander de Quilichao, Timba y demás lugares del norte del Cauca sin duda afectará el normal desarrollo de la COP16.

Así que, incluso si el Gobierno pretende avanzar en las negociaciones con las disidencias que comanda ‘Iván Mordisco’, las Fuerzas Militares y de Policía no pueden dar un centímetro en el combate a esa estructura guerrillera, pues ya son muchas las veces en las que ha prometido no secuestrar, atacar o reclutar, para luego hacer todo lo contrario.