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Agua para el futuro

"Atender los avisos y recomendaciones que hoy se hacen frente al riesgo de una posible escasez de agua es una prioridad para la población mundial que no se puede ignorar. Sin crear alarmas extremas ni generar temores se deben emprender las acciones que garanticen la conservación de las fuentes y el suministro de un recurso indispensable para la vida".

28 de febrero de 2015 Por:

"Atender los avisos y recomendaciones que hoy se hacen frente al riesgo de una posible escasez de agua es una prioridad para la población mundial que no se puede ignorar. Sin crear alarmas extremas ni generar temores se deben emprender las acciones que garanticen la conservación de las fuentes y el suministro de un recurso indispensable para la vida".

La eventual escasez de agua a la que se enfrentaría el mundo en las próximas décadas es una advertencia reiterada desde hace años. Más que zozobra, la notificación debe llevar a acciones para proteger las fuentes hídricas que abastecen a la humanidad y garantizar que perduren para las generaciones futuras.Esta semana se conoció un informe del Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas que previene sobre los conflictos que enfrentaría la población mundial por la falta de agua. Según la publicación, dentro de 15 años la demanda será un 40% superior a la oferta y en los próximos 10 años 48 naciones enfrentarán una escasez grave que afectará a 2.900 millones de personas. Sin duda la intención de los datos suministrados es hacer reaccionar a la humanidad, y en particular a los Estados, para que tomen decisiones y combatan problemas que agravan la situación, como la pérdida de recursos financieros por cuenta de la corrupción. El documento asegura que el 30% de los dineros destinados a construir acueductos, infraestructura sanitaria y proteger el medio ambiente, son desviados o saqueados. Allí está tal vez la mayor razón de alerta que puede llevar al desabastecimiento de agua si no se ataca con decisión.A pesar de la advertencia, parece exagerado hablar de una hecatombe a mediano plazo. El mundo es cada vez más consciente de la necesidad de proteger un recurso vital para su supervivencia, y en particular los Estados con mayor riqueza hídrica están generando políticas que permitan su conservación, incluso con el apoyo de la comunidad internacional.Un ejemplo es el proyecto de protección de páramos en el que se han comprometido Colombia, Ecuador y Perú, con la participación y financiación de la Unión Europea. En este triángulo que conforman las tres naciones se encuentra el 60% del total de estos ecosistemas que hay en el mundo, un 49% de los cuales está en nuestro país. En los páramos nacen las fuentes de agua, que en el caso colombiano abastecen al 70% de la población, y son importantes para el mundo porque entre otras razones actúan como reguladores de las aguas lluvias y son esponjas que absorben dióxido de carbono.Atender los avisos y recomendaciones que hoy se hacen frente al riesgo de una posible escasez de agua es una prioridad para la población mundial que no se puede ignorar. Sin crear alarmas extremas ni generar temores se deben emprender las acciones que garanticen la conservación de las fuentes y el suministro de un recurso indispensable para la vida, así como se deben enfrentar delitos como la corrupción que esquilman los presupuestos destinados a ese fin.La obligación comienza en los Estados y compromete a las comunidades como guardianes naturales de sus recursos ambientales y de la actuación de sus gobiernos. A la vez debe ser una prioridad que aúne los esfuerzos internacionales para garantizar la financiación y la eficacia de las políticas y las acciones necesarias para asegurarle a la humanidad un futuro sin padecer la tragedia que significaría el desabastecimiento de agua.

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