El pais
SUSCRÍBETE

Abriendo heridas

"Ante los nuevos hallazgos, no queda otra alternativa que destapar el resto de las urnas en las cuales se supone que están las víctimas de la toma al Palacio de Justicia. Con ello deberá saberse a ciencia cierta quién es quién, quién falta y qué debe hacerse para encontrar los restos de quienes cayeron en ese holocausto".

22 de octubre de 2015 Por:

"Ante los nuevos hallazgos, no queda otra alternativa que destapar el resto de las urnas en las cuales se supone que están las víctimas de la toma al Palacio de Justicia. Con ello deberá saberse a ciencia cierta quién es quién, quién falta y qué debe hacerse para encontrar los restos de quienes cayeron en ese holocausto".

La aplicación de tecnologías adecuadas a unos restos humanos que fueron enterrados como si fueran de una persona, permitió encontrar tres de los once desaparecidos en el holocausto del Palacio de Justicia, uno de los peores atentados terroristas que recuerde nuestra Nación. Con lo cual, además de reabrir viejas heridas, de afectar a los deudos y atizar una controversia inacabable, se demuestra cómo la actuación de los órganos del Estado una vez terminó el drama, ha impedido conocer la suerte de todos quienes perdieron la vida en el horrible hecho.Treinta años han pasado desde el momento en que un grupo armado, patrocinado o no por el narcotráfico, se tomó el edificio de la Corte Suprema de Justicia de entonces. Luego de recibir el rechazo del Gobierno de entonces a sus alucinadas pretensiones, el que se identificó como comando del M-19 asesinó a cientos de personas incluidos el presidente de la Corporación, varios de sus colegas, muchos funcionarios y empleados.En ese momento, la Fuerza Pública lanzó un operativo para retomar el sitio y rescatar uno de los tres Poderes Públicos de Colombia, se produjo una confrontación de grandes proporciones, causando muertos, incendios y estragos. Dos días duró ese operativo, al cabo del cual salieron algunos sobrevivientes. Pero, para el caso que nos ocupa, nadie se tomó el trabajo de recoger con la técnica forense que demandaba el hecho criminal, ni de organizar los restos para tratar de identificarlos como corresponde.Del hecho quedaron once desaparecidos, según se desprende de los documentos oficiales de la Fiscalía, de comisiones de la verdad y del reclamo justo e incansable de sus familiares. Incluso, desde los estamentos militares se ha reconocido que se produjeron desapariciones a cargo de algunos de sus integrantes. También es cierto que varios oficiales, Generales y Coroneles que tuvieron a su cargo el rescate, recibieron condenas por esas desapariciones.El recuento anterior es necesario para mostrar cómo el hallazgo de los restos de Cristina Guarín, Lucy Oviedo y Luz Mary Portela, demuestra las equivocaciones cometidas por los organismos judiciales. Al hallarse sus restos en urnas en las cuales se suponía estaban otras personas, la confusión vuelve a aparecer. Y con ella, lo ocurrido en el Palacio de Justicia se pierde de nuevo en medio de las conjeturas, de las acusaciones con sesgos ideológicos y de lo que no tiene explicación distinta al fracaso en la búsqueda de la verdad.Ante los nuevos hallazgos, no queda otra alternativa que destapar el resto de las urnas en las cuales se supone que están las víctimas de la toma. Con ello deberá saberse a ciencia cierta quién es quién, quién falta y qué debe hacerse para encontrar los restos de quienes cayeron en ese holocausto. Y se podrá cerrar uno de los capítulos más infames en la historia de la violencia en Colombia, cuando un ataque demencial del terrorismo y un descuido imperdonable en la protección de la Corte Suprema asesinó a cientos de ciudadanos y jueces, y puso en vilo la existencia del Estado de Derecho en nuestro país.

AHORA EN Editorial