Un buen ciudadano

A mi modo de ver y para mi admiración, que viene desde su padre mi gran amigo Miguel Motoa Kuri y de su abuelo, mi profesor de Derecho Civil en Unicauca Daniel Solarte Hurtado, uno de los parlamentarios del Valle del Cauca más destacados lo es Carlos Fernando Motoa Solarte, un palmirano que más parece un ciudadano del mundo.

Agradable, culto, sencillo y docto en el cumplimiento de su mandato. Y de su vida. Ha sobresalido en todos los asuntos que tocan con él y tiene para rato. Es un senador de mostrar y un orgullo de nuestro rincón vallecaucano.

Empero, hace unos meses trataron de enredarlo en un asunto desagradable. Se demoró un poco como todas esas cosas, pero finalmente la Corte Suprema encontró que no había siquiera lugar para abrir una investigación. Yo sabía que eso tenía que suceder, porque lo conozco y conozco a su estirpe. Y me alegró tanto ver brillar la justicia.

Desde luego con Motoa coincidimos en muchos aspectos de la política actual. Él es, con fundamentos concretos y justos, un contradictor del actual gobierno que deja tantos vaivenes en todos los campos y que pareciera que es una bicoca que se haya atrevido a nombrar como ministro de la Cultura a un sujeto que, con cierto orgullo, dijo que él es “una marica” y mostró fotografías inmundas que atraen y emocionan al señor Petro, como lo atrajo otro sujeto de los mismos en Panamá. Y todos nosotros pagando el gasto. Acabó con la paz interna, disminuyendo la capacidad de defensa de las Fuerzas Armadas del país y vulneró la regla fiscal para que se produjera una deflación.

Vaya, vaya, que Petro todo lo ha trastornado con su discurso incendiario de viejo marxista leninista, sembrador de odios de clase. Y gasta y gasta dinero para insuflar su campaña electoral actual, que le está prohibida por la Constitución y la Ley porque es una intervención en política abusiva y abiertamente ilegal y porque ha arruinado las finanzas del Estado.

Ah, los delirios de los marxistas que tratan de convertir a su país en una finca propia, como la que tuvo aquel detestable Leonidas Trujillo de República Dominicana y los señores Castro en Cuba y el abominable Daniel Ortega de Nicaragua y ese Maduro de Venezuela. Por supuesto, estamos alertas para impedir que el poder de corrupción del señor Petro, comprando conciencias, no nos conduzca con el engaño y el discurso furioso a ese viejo fascismo del dictador Mussolini con su discurso. O de Hitler. O a un comunismo asoleado como el de los viejos dictadores americanos.

Coincido con Motoa en que uno de los colombianos de mayor conocimiento y experiencia como presidenciable lo es Germán Vargas Lleras. No hay otro igual en medio de la ratonera de aspirantes, muy peligrosa por cierto. Van más de ochenta ‘candidatos’ y cada cual se siente cabeza de ratón. Hay que desengañarse y ver la realidad y el peligro en que estamos.

No se puede jugar con el fuego enemigo, sin ver esa posible realidad que nos espera. ¡Despierten, señores! Y sientan los pasos de la dictadura que nos asedia y que no cede, porque para esos petristas no exista la ratonera, como quiera que todo se hará acorde con lo que diga Petro en busca de su propia conveniencia.

La razón pura nos señala a una figura como Vargas Lleras. Pero dos cosas se oponen: podría ser la primera la salud de este; y la segunda es que para los de la ratonera lo único que vale es su propia ambición. Piénsenlo cuando todavía es tiempo. Lo demás, será la noche oscura y siniestra. El estado de conciencia nos debe llevar a preservar el futuro.