Columnista
Salario mínimo y subsidios VIS
Desde el año 2010, el precio de venta de la VIS ha crecido lo mismo que el SMLV es decir 176 %, mientras que sus costos de construcción solo han crecido 98 %.
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14 de dic de 2025, 12:37 a. m.
Actualizado el 14 de dic de 2025, 12:37 a. m.
Desde el año 2020, el salario mínimo (SMLV) ha aumentado 62 % mientras que la inflación (IPC) solo ha subido 44 %, contradiciendo todos los análisis simplistas que afirmaban que al aumentar el salario mínimo no se beneficiaba a los trabajadores porque el aumento de los precios se comía los mayores ingresos nominales. De hecho, en términos reales, hoy un trabajador recibe un 22 % más de ingresos que hace 5 años.
Son varias las razones económicas que explican la menor transmisión de los aumentos salariales sobre la inflación, pero quiero resaltar una que es el haber desligado el SMLV de otros precios y costos de la economía. En efecto en la ley 1955 de 2019 se estableció que todos los cobros, sanciones, multas, tasas, tarifas y estampillas, que se venían incrementando con base en el SMLV, deberían ser calculados con base de la Unidad de Valor Tributario –UVT, cuya variación es similar al IPC.
Sin embargo, hay un precio que sí afecta mucho el ingreso real de los trabajadores y que sigue ligado innecesariamente al SMLV; es el valor de las viviendas para los estratos bajos que reciben subsidio del Estado: la de Interés Prioritario (VIP con valor hasta 70 SMMLV) y la de Interés Social (VIS con valor hasta 135 SMMLV). Es decir que el precio de la VIS y de la VIP ha aumentado mucho más que la inflación, a pesar de que ha disminuido el área construida de estos tipos de vivienda.
La situación es todavía más perjudicial para los trabajadores y lucrativa para los constructores y propietarios de la tierra, porque los costos de construcción de vivienda han crecido menos que el IPC.
El Dane publica mensualmente el Índice de costos de la construcción de edificaciones (Icoced) que incluye datos de todos los insumos utilizados en la construcción de vivienda, tales como materiales, equipos, servicios y mano de obra. Lo único que no se incluye en el índice es el margen de utilidad del constructor y el precio de la tierra. Además, discrimina el Dane entre los costos de edificaciones no residenciales y residenciales, y en estas últimas entre los costos de vivienda VIS y no VIS.
Desde el año 2010, el precio de venta de la VIS ha crecido lo mismo que el SMLV es decir 176 %, mientras que sus costos de construcción solo han crecido 98 %. En pesos corrientes en el 2010 una casa VIS costaba $69.5 millones, y hoy cuesta $192 millones. Suponiendo que en el 2010 el costo de construcción (incluyendo el precio de la tierra y el margen del constructor) era igual al precio, hoy se construye con $135 millones.
Alguien se está ganando $57 millones adicionales en cada casa que construye. Y si en Colombia se construyen unas 60.000 viviendas VIS al año, tenemos una utilidad adicional de $3.5 billones anuales. ¿Quién se está quedando con esa platica?
Solo hay dos posibles explicaciones: o ha aumentado el margen de los constructores, o es el precio de la tierra el que ha subido. Los constructores dicen que sus márgenes se han reducido, o por lo menos no han subido, o sea que los beneficiarios habrían sido los dueños de los lotes. En cualquier caso, es gracias a los subsidios públicos atados al SMLV que se han aumentado las utilidades del negocio. Por eso hay que desligar el precio de la VIS del salario mínimo.
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