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Una interpretación

Lo que sí viene demostrando, es que lo que sabe hacer es política y tiene claro que su objetivo es el poder.

27 de enero de 2023 Por: Ricardo Villaveces

Anuncios de todo tipo, descoordinación, planteamientos que muchas veces parecen traídos de los cabellos es a lo que nos tiene acostumbrados este gobierno. Muchos acusan a Petro de ignorancia e incapacidad y otros muchos se toman el trabajo de argumentar con seriedad las inconsistencias y problemas que traen sus planteamientos.
Como lo han planteado algunos analistas, en esta aproximación hay un error de fondo. Estamos mirando al gobierno de Petro con criterios tradicionales para evaluar la gestión de un gobierno, como se venía haciendo desde los tiempos del Frente Nacional.

Es evidente que las falencias de Petro como administrador público son inmensas. Lo demostró en la alcaldía y se aprecia en lo corrido del gobierno. No habla con los ministros, llega tarde a todo, vive por fuera del país buena parte de su tiempo y no es el líder de esa gran organización que es el Gobierno. Lo que sí viene demostrando, es que lo que sabe hacer es política y tiene claro que su objetivo es el poder. No necesariamente para él perpetuarse, pero sí para crear un movimiento que cope todos los espacios posibles y, como ya alguien lo dijo, para crear una especie de PRI colombiano.

Es indiscutible que viene manejando la agenda pública, y tiene al país entretenido y distraído con la catarata de temas de todo tipo y con su abrumadora cantidad de propuestas de cambio. Poco importa, desde esta óptica, si son viables o no. Lo que le importa es ser el dueño de la opinión pública. ¿O es que alguien piensa, por ejemplo, que es serio discutir las reformas ‘en la calle’? Ha demostrado ser un gran comunicador, pues ha logrado crear en sus seguidores un imaginario de esperanza.

Todo lo va a cambiar para llevarnos a una situación idealizada en lugar de propuestas de guerra o de paz en que estamos desde hace muchos años. Petro ofrece un mejor sistema de salud, de pensiones, salvar al mundo de los efectos del cambio climático etc., etc.

En resumen: esperanza, y ese ha sido su gran logro. Que luego vengan las frustraciones es otra cosa, pero en el entretanto el habrá avanzado mucho en su proyecto político.

Su experiencia como parlamentario le enseñó cómo hacer las cosas. No perder el tiempo en tonterías como Duque con las objeciones a la JEP, sino concentrarse en lo importante que era conseguir recursos y sacó su reforma tributaria. En esto mostró su pragmatismo.

En el Congreso requería a quien sabe de eso, que era Roy. Y en la mermelada y puestos tampoco le ha temblado la mano. Esos recursos, más los adicionales de la reforma de Duque, más los que resultan además por cuenta del crecimiento económico del año pasado le dan un margen de maniobra muy amplio para lo que debe ser en este momento su verdadera prioridad: las elecciones regionales.

Un buen resultado les permitirá avanzar de manera significativa en su proyecto político. Esas elecciones son el reto de fondo para la Colombia que no comparte con Petro su visión del futuro.