Por ahí no es la cosa

Discursos como el de Caldono muestran un desprecio por las instituciones y una absoluta falta de entendimiento de su papel como presidente de todos los colombianos.

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21 de oct de 2022, 11:35 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 05:03 a. m.

Al presidente Petro había que darle tiempo antes de salir a cuestionarlo. Era razonable pensar que una vez en el poder iba a entender que la mitad del país votó por una opción diferente y que si quiere unir a Colombia debe tener en cuenta a todos y, de otra, que la campaña había terminado y que ya debía concentrarse en gobernar. Además, que las instituciones colombianas no le dan al Presidente poderes omnímodos y que debe ajustarse a las normas y las leyes.

Pues bien, las señales que viene dando son muy preocupantes. Discursos como el de Caldono muestran un desprecio por las instituciones y una absoluta falta de entendimiento de su papel como presidente de todos los colombianos. Fue un discurso de campaña, lleno de afirmaciones agresivas y cuestionables que, fuera de generar polarización, poco consiguen y, en cambio, sí generan más desosiego y desconcierto.

Afirmaciones tan simplistas como atribuirle la desaceleración que se espera de la economía solo a la elevación de las tasas de interés, además de mostrar desconocimiento con lo que está ocurriendo con el consumo y, en particular con el crédito de consumo, que ha crecido a ritmos muy preocupantes lo que muestra es una negación a ver las complejidades que vive el mundo y que están llevando a todas las economías a una caída muy marcada en su crecimiento.

Sus afirmaciones, lo que han generado es inquietudes sobre su posición frente a la independencia del Banco de la República, que pareciera estar dispuesto a cuestionarla. La insistencia en esas posiciones fundamentalistas y poco acordes con la realidad acerca del tema energético, ya se traducen en temas concretos como la desvalorización de las acciones de Ecopetrol, en momentos en que todo indicaría que hay que hacer lo contrario y es aprovechar ‘el cuarto de hora’ que tiene el mercado de los combustibles fósiles, incluso para financiar la transición hacia las energías más limpias.

Los errores y equivocaciones que el presidente y algunos de sus ministros producen todos los días ya se están traduciendo en cosas muy concretas.

No es solo sobre el valor de Ecopetrol, sino sobre la prima de riesgo de los créditos de Colombia y, como se ha visto en los últimos días, en un incremento de la tasa de cambio a ritmos muy superiores a los del resto de las economías.

Por otra parte, haría muy bien el gobierno en hablar con los empresarios de todos los sectores para que entendiera lo que ya está ocurriendo y es la paralización de los proyectos nuevos. En todos lados lo que se encuentra es una actitud de incertidumbre y cautela que lleva a frenar o postergar las inversiones nuevas. ¿Será así que el gobierno pretende crear riqueza, empleo y recursos tributarios?

Como bien decía un exministro chileno en días pasado el crecimiento y el progreso se logra con reglas de juego de buena calidad, y estas surgen de un sistema político también de buena calidad. Lamentablemente no es en esa dirección que están marchando las cosas con este gobierno.

Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.

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