Motivo de orgullo

Estos casos de éxito son el resultado de un sector privado comprometido con la región que ha aportado importantes recursos para volver estos proyectos realidad.

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24 de mar de 2023, 11:35 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 03:06 a. m.

Saturados de temas que solo causan incertidumbre, en buena medida por causas externas, pero en el caso colombiano, sobre todo, por la ansiedad que genera un gobierno que pretende hacerlo todo a la vez y que, por el otro lado, muestra todos los días sus grandes falencias como administrador público, pasamos a veces por alto las buenas noticias y olvidamos que, simultáneamente con el caos que produce esta forma de gobernar, hay también motivos para sentirse orgullosos.

Pues bien, en ese ambiente negativo hay cosas muy positivas en la región y motivos, no solo para sentirse orgullosos, sino para que estas sirvan de ejemplo no solo en lo local, sino que es mucho lo que tienen para enseñar en otras regiones. Me refiero, por un lado, a la Fundación Valle del Lili y, por el otro lado, a la Universidad Icesi. Que una entidad de la relevancia de Brand Finance Consulting, líder en la elaboración de rankings en muchos sectores, ubique a la Fundación en el puesto 32 a nivel global comparándose con entidades como la Mayo Clinic, el Mass General o John Hopkins, por solo mencionar algunos, es algo verdaderamente significativo. Obviamente, queda en el primer lugar entre los hospitales de Colombia.

Y, por el otro lado, que The Times Higher Education, de la Gran Bretaña, una de las entidades más reconocidas a nivel internacional en la elaboración de rankings en el sector de la educación califique a la Icesi como la mejor universidad de Colombia, superando a las que tradicionalmente han ocupado los primeros lugares, es algo que también merece todo el reconocimiento de los vallecaucanos.

No es coincidencia, por el otro lado, que el hospital universitario de la Icesi sea precisamente la Fundación Valle del Lili pues, sin duda, se ha logrado con esta alianza potenciar una cultura de excelencia que permite este tipo de reconocimientos y construir unas capacidades de capital humano que abren a la región un sinnúmero de posibilidades.

Estos casos de éxito son el resultado de un sector privado comprometido con la región que ha aportado importantes recursos para volver estos proyectos realidad. Pero, más que eso, las dos entidades han tenido el compromiso de los empresarios que han dedicado su tiempo y conocimientos a contribuir en su creación y desarrollo.

Y qué decir de Compromiso Valle, una iniciativa que surgió como reacción al caos social del año pasado y que llevó a un importante grupo de empresarios a entender lo que había ocurrido y a buscar soluciones concretas para construir sociedad y convivencia.

En 18 meses han gestionado recursos por 62 mil millones de pesos, en sus actividades han participado más de 40.000 personas, han ayudado a desarrollar cerca de ocho mil proyectos de transformación, han gestionados más de seis mil iniciativas de empleabilidad y han apoyado más de doce mil emprendimientos. En fin, a pesar del gobierno, hay progreso. No todo es negativo y un sector privado consciente de los desafíos puede ser elemento determinante en la superación de muchos de estos problemas. Ojalá así lo entienda Petro.

Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.

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