Propósito común

El Tren de Cercanías, que unirá a Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo es una realidad cada vez más cercana. De la unidad y compromiso de los alcaldes entrantes, así como del apoyo que le brinde a la iniciativa la nueva Gobernadora del Valle dependerá que los tiempos propuestos se cumplan y se alcance el que debe ser un propósito común para la región.

Las reuniones sostenidas entre los mandatarios que se posesionarán el próximo 1 de enero y sus pares salientes, a excepción del alcalde de Cali Jorge Iván Ospina, en las que al unísono han manifestado su intención de darle continuidad y gestionar los recursos necesarios para sacar adelante el proyecto, generan esperanza. Si cumplen lo prometido, en dos años vería la luz el primer tramo del sistema que intercomunicará a la capital del Valle y a sus municipios aledaños.

Se debe recordar que el Tren de Cercanías tiene todos los estudios de factibilidad aprobados, con lo cual queda determinada su viabilidad. Ya los documentos respectivos se encuentran radicados ante el Ministerio de Transporte y solo se está a la espera de concertar la financiación y que la Nación, aportante del 70% de los recursos necesarios, dé el aval fiscal, como ya lo han hecho el Departamento, Jamundí, Palmira y Yumbo. En Cali, la decisión estará en manos del alcalde electo, Alejandro Eder, quien ha manifestado su apoyo total al proyecto.

Si todo marcha como está previsto, la licitación para la construcción del primer tramo, que unirá a Cali con Jamundí, deberá adjudicarse a comienzos de 2025. Será un trayecto inicial de 23,14 kilómetros -de los 73,4 km totales-, a lo largo de los cuales se tendrán 21 estaciones y por el que se movilizarán en promedio 51,8 millones de pasajeros cada año. En principio circularán 35 trenes al día, cada uno con capacidad para mil personas, que además serán eléctricos.

Por donde se mire, el Tren de Cercanías es la mejor solución a los problemas de movilidad, que crecen a diario, entre las ciudades del área metropolitana. Además, tendrá un impacto importante en la reducción de emisiones de CO2, que se calcula bajarán 1,2 billones de toneladas por año una vez comience a operar el sistema. Y si bien puede ser posible que necesite algunos ajustes, en especial en los ramales de interconexión que se requieren para Cali, lo más importante es darle cuanto antes inicio al proceso para que los tiempos acordados se cumplan.

A tan pocos pasos de que el Tren de Cercanías sea una realidad, la continuidad que se le dé al proceso es fundamental. Por ello el trabajo en equipo de los nuevos gobernantes es necesario, así como mantener el compromiso que han demostrado hasta ahora con este propósito que debe ser de todos y que es un anhelo metropolitano, vital para la dinámica económica y social de la capital del Valle, así como para Jamundí, Palmira y Yumbo.

La unión es la garantía para que una obra de tanta importancia no termine convertida en un fracaso para la región.