Columnistas

¿Por qué hay suicidios?

David Lester, autoridad mundial en suicidio, ha dedicado su vida profesional a tratar de responder la pregunta: ¿Por qué las personas deciden acabar con su vida?

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

Carlos E. Climent
Carlos E. Climent | Foto: El País

7 de dic de 2025, 12:53 a. m.

Actualizado el 7 de dic de 2025, 12:53 a. m.

Durante el ejercicio profesional de la psiquiatría atendemos muchos pacientes con ideas suicidas, la gran mayoría por fortuna las superan. Unos pocos, menos afortunados, las ocultan, las minimizan o las niegan, para finalmente llevarlas a cabo.

David Lester, autoridad mundial en suicidio, ha dedicado su vida profesional a tratar de responder la pregunta: ¿Por qué las personas deciden acabar con su vida? Su trabajo combina análisis cuantitativos, revisión histórica y métodos cualitativos, lo que le permite ofrecer una visión multifactorial del fenómeno.

Lester destaca la presencia casi universal de trastornos mentales en los casos de suicidio. A partir de revisión de historias y notas de suicidas, el autor encontró que la depresión mayor, el trastorno bipolar y la esquizofrenia aparecen en más del 90 % de los casos estudiados. Sin embargo, señala que la enfermedad mental es una condición necesaria pero no suficiente. Ya que hay una multitud de factores que entran en juego, entre los que cabe destacar la desesperanza, la percepción de ser una carga para los demás y la sensación de aislamiento.

Otro aspecto de sus investigaciones es el papel del contexto sociocultural. Lester analizó la influencia de los medios de comunicación y del llamado ‘efecto Werther’, que describe la imitación de suicidios después de su difusión pública. Sus estudios mostraron aumentos temporales en la tasa de suicidios tras la publicación de noticias sensacionalistas o la emisión de películas o canciones que glorifican el acto. La metodología cualitativa de Lester, que incluye análisis de diarios, cartas y grabaciones de personas que intentaron suicidarse, revela patrones narrativos recurrentes. Los testimonios describen una “grave crisis existencial” en la que la muerte se presenta como una salida para aliviar el sufrimiento percibido.

Lo que se puede concluir sobre la base de estos hallazgos, que además está reforzado por el trabajo clínico, es que el suicidio no puede atribuirse a un único factor. Incorpora aspectos cognitivos y biológicos (genéticos, neuroquímicos), psicológicos (negativismo, impulsividad) y socioculturales (estrés, aislamiento social, medios de comunicación).

Otro factor, no siempre controlable, es la disponibilidad de métodos letales. No hay duda que el acceso fácil a armas de fuego o sustancias tóxicas incrementa la probabilidad de que una intención se traduzca en un acto fatal.

El suicida deja a los allegados que lo sobreviven en un desconcierto y dolor enormes y haciéndose una pregunta que en la inmensa mayoría de los casos no tiene respuesta: ¿Qué hubiéramos podido hacer para evitarlo? El suicida celosamente evitó dar información sobre sus planes y se llevó su secreto a la tumba.

Comprender la enorme complejidad del fenómeno suicida y la multitud de variables que intervienen, es fundamental para desarrollar estrategias de prevención más eficaces, para ofrecer una respuesta compasiva a quienes atraviesan una crisis y, sobre todo, para exonerar de culpa a los allegados.

Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Columnistas