El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Alternativas de leer noticias

Con el tiempo he desarrollado dos formas incisivas de leer noticias. No...

6 de junio de 2015 Por: Philip Potdevin

Con el tiempo he desarrollado dos formas incisivas de leer noticias. No son, ni mucho menos originales, pero sí son una forma de tomar distancia y entender lo que pasa a nuestro alrededor con ojo crítico, a veces con una desconfianza no exenta de cierta sorna. La primera, es “leer a lo Doctor Merengue”, en alusión al clásico personaje de historieta cuyo inconsciente sale a decir lo que verdaderamente piensa. Muchas de las afirmaciones tajantes de los titulares, que a primera vista nos dejan tranquilos, como “no buscaré la reelección”, “el paro fue un fracaso (o, ‘no habrá paro’)”, “empresa tal pagará millonaria multa”, “aquí no se han recibido sobornos”, “respetaremos la tregua”, “no renunciaré”, en realidad hay que leerlas a la inversa: sí buscará la reelección, el paro fue un éxito, la empresa se saldrá con las suyas y no pagará la multa, sí se recibieron sobornos, no se respetará la tregua, etc. Por supuesto es entendible que pocos saldrían a los medios a autoincriminarse, pero lo absurdo (o quizá no tanto…) es que los medios hagan eco a declaraciones o noticias que solo creen los ingenuos y los desinformados.La otra forma, la llamo “despejar la cortina de humo” o “leer las notículas”. Con frecuencia los medios nos inundan con una noticia que se convierte en el sabor del mes, como en las heladerías. Si corremos esa cortina emerge otra noticia, una que suele aparecer en página secundaria, en el costado menos leído, de apenas tres o cuatro líneas; pero está allí para no pasar del todo inadvertida. Esta notícula es la que explica el despliegue que de la otra se ha hecho, revela el sentido oculto o la razón última que hay detrás de quienes promueven la noticia ‘principal’. Dos ejemplos: a comienzos del año nos ‘bombardearon’ con el ébola que amenazaba expandirse por Europa, Asia y las Américas. El pánico cundió, hasta en los aeropuertos locales pusieron controles y pancartas advirtiendo del peligro. En medio del despliegue, apareció la notícula marginal que decía “se han iniciado bombardeos contra Isis”. Las grandes potencias usaron la cortina de humo del ébola para dirigir, casi de manera inadvertida, una tremenda ofensiva militar contra centenares de sitios del mundo árabe donde supuestamente se refugiaban las células de esa organización. Otro ejemplo más reciente: en medio del escándalo de la Fifa, apareció la notícula que parece dar la clave de por qué el FBI se ha abanderado de la noble causa de denunciar las archiconocidas corruptelas de la regente del fútbol. Decía: “Inglaterra piensa organizar Mundial alternativo”, lo cual parece indicar, con cierta suspicacia, que hay intereses anglosajones para apoderarse, quizás en una dupla USA-Reino Unido, del jugoso negocio del fútbol mundial tras el desmoronamiento de la desprestigiada Fifa. Estoy seguro de no estar descubriendo al agua tibia pero a veces puede ser necesario recordar la forma como se mueven en realidad las noticias.