Columnista
Petro se goza la ONU y New York
El papel de los escogidos para el paseo a la ONU, lo suspendieron por derrochón.
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24 de sept de 2025, 02:27 a. m.
Actualizado el 24 de sept de 2025, 02:27 a. m.
Durante muchos gobiernos existió un regalo presidencial a los amigos que no dieron para ser ministros o para ser parlamentarios.
El regalito cariñoso del amigo presidente era incluirlo en la delegación a las sesiones de la ONU que duran 60 días y tiene tiquetes a Nueva York en ‘primera clase’ más 599 dólares diarios para hotel y taxis.
El papel de los escogidos para el paseo a la ONU lo suspendieron por derrochón. Alegría hubo entre los enemigos del derroche con dineros públicos.
Hoy don Gustavo Petro, realiza su tercer viaje al exquisito paseo ONU Nueva York y vació a sus enemigos, a Trump, a Milei y al ecuatoriano Daniel Noboa.
Hoy Gustavo Petro disfruta del país gringo, así haya llamado bárbaros imperialistas a sus gobernantes Clinton, Obama, Nixon y Kennedy.
¿Recuerdan que John Kennedy ordenó una invasión a Cuba en el año 1962 con agentes anti-castristas y funcionarios de la CIA? Los derrotó Fidel Castro, en Bahía Cochinos, capturando seis mil invasores para luego entregarlos a cambio de seis mil tractores. De esos años vienen las coplas de Carlitos Pueblo que decían: “seguro a los yanquis dales duro”, y otra muy popular: “Del inglés yo no sé nada, sólo hablo el español, del inglés yo solo digo ‘Yanqui go-home’”.
Aleluya, Petro habló ayer en la ONU y lo hizo bien, solo le criticaron su feroz ataque al gobierno de Israel que sigue masacrando al pueblo palestino, le adjudican más de sesenta mil muertos, destrucción total de edificios, hospitales, colegios y carreteras. El mundo entero condena esos crímenes, pero los generales y coroneles israelíes son tercos y malevos.
Hoy Petro pasea feliz por Nueva York, protegido por agentes de la Policía gringa, mañana tiene encuentro con periodistas que ojalá no le pregunten por su íntima amistad con el dictador Maduro, el más odiado por Donald Trump.
De paso, ayer Petro vivió su tarde más feliz: habló al mundo entero ante 140 presidentes, desde la tarima de la ONU. Le abonaron mis amigas al verlo por la televisión que estuvo muy bien vestido, traje elegantísimo de Ermenegildo Segna, camisa Sulka, corbata de Roberta Di Camerino y zapatos Ferragamo, no de origen italiano, fabricados en Bogotá por un habilísimo zapatero petrista. Buen viaje y que no se quede en New York.

Empresario editorial, exparlamentario por el movimiento cívico 4 años, en la actualidad, columnista El Tiempo, hace 38 años; columnista de El País y revista Aló, hace 33 años; comentarista de televisión hace 32 años, todos vigentes. Es autor de un libro sobre García Márquez, colaborador ocasional de revistas. Reside en Bogotá hace 45 años.
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