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El ‘costo país’ colombiano

Uno de los aspectos más importantes de nuestro ‘postconflicto’, involucrar el mayor...

23 de octubre de 2016 Por: Ode Farouk Kattan

Uno de los aspectos más importantes de nuestro ‘postconflicto’, involucrar el mayor número de personas en el trabajo nacional, para renovar su espíritu de vida, es el del ‘costo país’.El concepto de ‘costo país’ es un indicador que ha venido cobrando cada vez más importancia en el comercio internacional como un evaluador de la competitividad de un país, en todos los órdenes.Involucra todos los costos en dinero por cualquier insumo, tasa o tributo, trámite o práctica restrictiva de comercio, que innecesariamente cueste, y encarezca los productos, tanto en el mercado interno como en el externo.La importancia de este factor se hizo evidente cuando el componente más sensible de los costos de producción en muchos ‘ítems’, especialmente el laboral, por sueldos o prebendas y canonjías excesivas, comenzaron a hacer crisis en algunos países desarrollados en los cuales los salarios subieron demasiado en comparación a los de otros países menos desarrollados, y los empresarios comenzaron a trasladar sus empresas, o la operación productiva de ellas (maquila) de sus países a otros para aprovechar la diferencia en el costo laboral en ítems de alto contenido de obra de mano, para vender al mundo y también a sus propios países, amén de librarse de excesivas cargas tributarias.De hecho, esto provocó una reacción entre los trabajadores de los países caros, que pidieron aranceles compensatorios para lo que viniera de países de miseria, cosa que no tuvo éxito, y más bien los grandes conglomerados industriales acentuaron su instalación en países menos costosos y de paso, mejor ubicados geográficamente para competir. La ley del comercio desde tiempos inmemoriales.Hoy, cuando el mundo ha tenido una apertura dinamizada por un factor inatajable cual es la globalización, y los países ven en sus exportaciones y en su competitividad parte esencial no solamente de su crecimiento económico y social interno sino también de su calificación mundial, el ‘costo país’ se ha vuelto un instrumento de posicionamiento de imperativa prioridad por la gravedad que le significa a un país estar rezagado en el juego de costos y precios, utilidades o pérdidas, puerta de acceso a la financiación.Cada vez que se hacen comparaciones entre Colombia y el mundo de este nuevo indicador mundial, dinamizador del empleo que se necesita para vigorizar nuestro nivel de vida y velocidad de progreso con competitividad, el ‘costo país’, Colombia evidencia retraso y lentitud, en todo su aparato funcional, muy notorios en su dificultad para estimular su producción interna y sus exportaciones, y con beneficios.Son muchos los esfuerzos que Colombia ha venido haciendo para corregir esto mediante estudios y diagnósticos de todos los componentes económicos y operativos del comercio interior y exterior, pero que no pasan de esfuerzos, dado que no parecemos tener la decisión para introducir cambios sustanciales en arcaicas costumbres administrativas oficiales inherentes a los modernos producción y comercio. Si no nos salimos de la camisa de fuerza reguladora en que parecemos estar atrapados, quedaremos como la persona a la que le piden correr, pero con los pies amarrados.