Miss Holanda

El concurso de belleza en Holanda ha disparado una serie de comentarios porque la ganadora es una mujer transgénero. Para muchos, es inaudito que una mujer con esta condición haya sido escogida cuando hay tantas ‘originales’ que pudieron haber sido premiadas. Los memes, las burlas, las ofensas han sido de todos los calibres. Y aun cuando suene un despropósito, la elección de una reina con estas características pone sobre el tapete el espectro de los movimientos políticos de izquierda y de derecha.

Existe una gran cantidad de humanos aferrados a lo anterior, a lo ‘de siempre’ que se resisten al cambio. Estas personas están matriculadas en la derecha, movimiento, posición o tendencia, que no acepta modificaciones como esta, la diversidad de género. Hay que haber percibido, acompañado y sostenido a seres humanos ‘atrapados’ en un cuerpo con el que no se identifican para poder medir el alcance y necesidad de una mirada diferente. E incluyente.

Pocas situaciones tan complejas como sentirte secuestrado en tu propio cuerpo sin poder identificarte con él. Esta situación no da tregua, ni permite descanso, ni ‘días libres’, ni vacaciones. A todo momento hay que vivirlo. ¿Qué camino queda? O me ayuda la Ciencia o ‘desaparezco’ para librarme de este tormento. No hay otra alternativa…

Hoy por hoy, el cuerpo ya es otra cosa. Lentamente estamos entrando a otra dimensión y cambiando de significados. ¿Qué tanto necesitamos cuerpo? (Revolturas 2019). Las llamadas tendencias políticas recubren todo el espectro de la condición humana y no se reducen a elecciones de dirigentes. La derecha quiere conservar, sostener, perpetuar ¿qué?

Es claro que este mundo equivocó de rumbo y en muchos casos, como dirían las nuevas generaciones, es un despelote. ¿Conservar qué? ¿Perpetuar qué? El cambio es eminente porque como vamos, solo nos convertiremos en observadores y cómplices del desastre. Al menos hay que intentar modificarlo con miradas incluyentes, diversas y respetuosas, así se cometan nuevos errores, pero es necesario no repetir lo que ya se conoce como fracaso de la humanidad. Razas superiores, creencias rígidas, poder autoritario, miedo a la diferencia, religiones culpabilizadoras, apariencias sociales, patriarcado, pobreza, atropello a la naturaleza…

Claro, hay que tener una mirada de apertura, que para mí es la mirada de la izquierda que se atreve a cuestionar y revisar, para una mejor calidad de vida. En definitiva, política es todo lo que tiene que ver con la existencia. Hay derecha sana y derecha patológica. Como hay izquierda sana e izquierda enfermiza. Pero no es fácil aceptar que los movimientos de derecha quieren conservar y perpetuar un desastre universal, escondiendo una realidad desgarradora.

Muchos añoran el pasado cuando el mundo era ‘claro’ porque solo había dos opciones: mandar u obedecer, blanco o negro. En ese mundo no había lugar para los grises, es decir para la diversidad. Hoy, la multiplicidad quebró el esquema y abrió el panorama lo que genera angustia. Elegir por uno mismo representa la responsabilidad de las propias decisiones. Pero es claro que tenemos que enfrentar el cambio. Una superficialidad como el concurso de belleza nos enfrenta con el significado del cuerpo. ¿O usted es de los que cree que el mundo debe continuar igual?