Michín

“Michín dijo a su mama: voy a volverme pateta y al que a impedirlo se meta en el acto morirá. Ya le he robado a papa daga y pistolas, y ahí voy a robar y a matar gente, y nunca más ten presente, verás a Michín desde hoy” (Rafael Pombo).

A la carga muchachos, a seguir robando y matando que ahora cada muertico será recompensado con un millón de pesos, y a lo mejor les regalan también las obras completas de Pombo. Rin Rin Renacuajo también salió de su casa muy tieso y muy majo, pero no le fue tan bien porque se lo tragó un pato tragón que se lo embucha de un solo estirón. Una santa santísima del santoral, de forma muy santa también siembra una duda metódica sobre la culpabilidad: “El que paga por la peca o el que peca por pagar”.

Las cárceles hacinadas a extremos infrahumanos. La de Cali, desde su comienzo fue una estafa, pero como se trataba de un arquitecto muy “respetado por la elite” nadie denunció nada. Existen seres que están tras las rejas y durmiendo entre mugre y ratas en el suelo desde hace años, porque jamás tuvieron quién se interesara por ellos, y su ‘crimen atroz’ fue robarse un par de zapatos y ser pobre. A los corruptos de cuello blanco y alma negra les dan celdas especiales, pueden visitarlos féminas generosas de cuerpo, beben licores que llegan con palomas mensajeras.

Con el Cambio ahora los más dementes, psicópatas adictos a la sangre y al dinero sucio, recibirán una propina de un millón y “educación”, me imagino que será el de Urbanidad de Carreño para seguir matando más educadamente. Buenaventura, gracias a sus hampones tenebrosos será un Puerto distinto. Cada matón educado y premiad. Al resto de la población que se la siga llevando el diablo por tratar de ser decentes.

Cambio de bola, como se dice en el argot del tenis. El domingo pasado llevé a un nieto al aeropuerto, anochecía. El famoso Weiss encontró la ruta menos congestionada. Casi vacía…y me mando sin ningún escrúpulo por la Galería Santa Elena. Tenebrosa experiencia. Basura. Basura. Basura. Desolación, jóvenes drogados arrastrando los pies, algunos no tan drogados mirando de reojo el carro a ver si había chance de algo. Me puse en modo sicario dispuesta a aventarle el Renault encima a cualquiera. Al fin salí de ese sector oscuro, olvidado, lleno de gallinazos y olores non sanctos. Al regreso me metí por el Centro... peor la suciedad y la basura de ese sector, colindante con la Plaza de Cayzedo no da grima, produce asco físico. Todo vacío excepto los mendigos trabados, todo muerto, la Plaza cercada por barrotes.

Cali Basuro. No tiene ya sentido el Basuro de Navarro que ya no puede con un escombro más. Toda la ciudad es un enorme basurero, papeles, bolsas abiertas, desperdicios regados, almas perdidas deambulando sin sentido. ¿Esta es nuestra Cali, la Ciudad Cívica de los finales de los años 60? ¿La más limpia, educada, con sentido de pertenencia y orgullo, capital cultural y deportiva de Colombia? Tiene razón Elly Burkart de llorar por su Boulevard, convertido ahora en un cuasi prostíbulo de rumba y droga, desbocado. Cali, ciudad de siete ríos convertidos en caños, trancones en todas las vías, el MÍO vandalizado, sus carriles invadidos de motos, ambulancias asesinas, policías indefensos ante la agresividad y los machetes ya no se atreven, con toda razón, a tratar de poner orden. Leo que ya no interesan los celulares, “ahora van por el oro”. Pobres traquetos, ya no podrán lucir sus collares ni pulseras, bajarán a “clase media arribista”.

Destruir es fácil. Lanzar piedras es fácil. Llenar de muerte todo es fácil. Robar es fácil. Ser corruptora del poder. Óscar Iván ya se pudo costear su implante de pelo, no demoramos en verlo como a un gorila; para algo sirvió Odebrecht. García Arizabaleta superó a Judas. En fin, que Dios reparta suerte, o a buscar burladero.

Voy a releer a Pombo. Simón el Bobito somos nosotros. Y eso que no se han posesionado los cientos de cientos de burócratas del Ministerio de la Igualdad. Pregunta inocente: ¿Qué se entiende por Igualdad?