Que se vaya Uribe

Un pequeño grupo conformado por la guerrilla activa y pasiva, la oposición, los mamertos, los que les hacen el juego sin saberlo y los infaltables idiotas útiles de siempre están promoviendo una fórmula eficaz para acabar con los problemas que nos afligen, terminar con la polarización que padecemos y sacar adelante a nuestro país.

Y esa fórmula eficaz no es otra que lograr que el presidente Uribe, que no expresidente, desaparezca del quehacer polútico y se vaya al Ubérrimo a malcriar a sus nietos, ya que los atentados contra su vida -que sería la solución final- no les ha funcionado aunque no se tiene descartado tal genocidio.

Esa es la razón por la que vemos en las redes sociales decenas de grupos empeñados en esta iniciativa, a la que apuestan en el colmo de la amnesia, la irresponsabilidad y la antidemocracia.

Y vaya paradoja: lejos de recoger firmas para que el narcoguerrillero ‘Santrich’ sea quien tome las de Villa Diego, aplauden que, para colmo del cinismo, sea ahora figura central de un foro en la Universidad del Atlántico que se llevará a cabo próximamente.

Colombia sin Uribe será un país viable -como dicen ahora- y nos llegarán ríos de oro y miel, junto con la malograda paz, repiten cual urracas parlanchinas olvidando no solo lo que era este país al asumir su primer mandato sino lo que logró hacer para evitar que las Farc llegaran al poder en cabeza de ese otro Santo varón que sostiene que el azúcar es peor que la cocaína.

Quitando del paso al hoy senador, el camino quedaría abierto para la llegada del Castro Petrismo -lease Petro- quien pese a sus inhabilidades y las investigaciones está listo a dar la batalla contra todo lo que huela a uribismo en el 2022 y para ello está fomentando la oposición contra este líder, desprestigiando al gobierno de Duque y haciendo creer que estamos frente un caos social que tiene al país al borde de la bancarrota política y económica.

Sin embargo, el grueso de la opinión pública no piensa así y el problema es que no lo expresa, lo cual está mal.

Por ello es que hay que apoyar a quienes han salido a defender la presencia y la permanencia de Álvaro Uribe para que Colombia entera ratifique quienes son la mayoría: si los que quieren sacarlo a sombrerazos o quienes consciente y racionalmente no están pisando la mina quiebrapatas o mejor, abonando el árbol del que los van a ahorcar.

Así que, a firmar respaldando que Uribe, que siga dando línea en el Congreso, emitiendo comunicados así la gran prensa se los enmochile y no quedándose callado frente a tanta calumnia porque según quienes lo provocan, está polarizando al país, como si no fueran ellos los instigadores con sus falacias maquiavélicas.

¿Se imaginan este país sin Uribe? Habría que repetir la pregunta que hizo célebre al Chapulín Colorado: ¿Y ahora , quien podrá defendernos?

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Posdata. Y no olviden quién es el candidato de Petroski para la Alcaldía. ¿O me equivoco?