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¡Que viva la Feria!

La celebración de la Feria de Cali implica, en lo cultural, una plataforma extraordinaria para expresar y dar a conocer el talento de artistas, organizaciones de espectáculos especializados y otros profesionales vinculados a los eventos, que por su naturaleza son únicos en el mundo.

8 de mayo de 2017 Por: Luis Felipe Gómez Restrepo

La Feria de Cali es una festividad celebrada anualmente desde 1957, la cual forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la ciudad. En la actualidad, durante seis días de programación de múltiples eventos, en la ciudad se refuerzan, preservan y sostienen expresiones culturales y artísticas que reflejan las costumbres, tradiciones y diversidad de gran parte de los caleños y la región.

Detrás de todo el andamiaje y actividades de la feria, encontramos las historias de los artistas, ayudantes y colaboradores que participan en el montaje y ejecución de los eventos culturales, los cuales generan el divertimento de propios y turistas, en la cita decembrina.

Actualmente hay un amplio reconocimiento del aporte de las actividades culturales a la actividad económica y a su inclusión como sector estratégico en el desarrollo local. Más allá de la expresión del ‘sentido simbólico, la dimensión artística y los valores culturales’, los bienes y servicios culturales y los creativos, también tienen capacidad para generar riqueza material. Esto se reflejada en empleos e ingresos. Un estudio reciente de la Javeriana Cali, muestra que la celebración de la Feria de Cali genera un importante flujo de actividad económica.
Podemos ver algunas cifras: el desfile de apertura, del ‘Salsódromo’, con la calle como escenario, involucró a 1.390 bailarines de salsa, de 26 escuelas de adultos, y a cuatro escuelas infantiles, en un desfile de cuatro horas a través de 2,2 kilómetros de recorrido, con tres orquestas de animación. Este desfile para asistentes locales y turistas, representa una experiencia cultural que por su naturaleza es única y auténtica.
En efecto, los $14.998 millones de pesos que invierte el municipio, a través de Corfecali, más el gasto de los asistentes ($97.742 millones de pesos), generan un impacto sobre la economía de Cali y su área metropolitana muy positivo y 8.558 puestos de trabajo. Esto se debe a que la Feria de Cali, como evento cultural complejo, en su organización y desarrollo, implica la interrelación sectorial de diversas actividades económicas, lo que permite irrigar beneficios a gran cantidad de sectores, tales como, restaurantes, hoteles, transporte local, alquiler de equipos (graderías, plantas eléctricas, sonido, etc.). También se benefician los diseñadores, de vestuario para bailarines (camisas, pantalones y zapatos) y de carrozas, pago de derechos de autor, entre otros.

En resumen, la celebración de la Feria de Cali implica, en lo cultural, una plataforma extraordinaria para expresar y dar a conocer el talento de artistas, organizaciones de espectáculos especializados y otros profesionales vinculados a los eventos, que por su naturaleza son únicos en el mundo. En lo económico, se benefician diversos sectores, los cuales en su mayoría son de naturaleza local. De esta forma se logra posicionar a Cali como destino turístico.

Para potenciar esta realidad los gobiernos, local, regional y nacional, debe aprovechar la oportunidad que ofrece la gestión de su patrimonio cultural -material e inmaterial- como un activo clave para el desarrollo y pensar en el territorio como el principal lugar para crear, un ambiente que estimule y propicie la innovación. Las actividades culturales representan una verdadera opción de desarrollo.

*Rector Universidad Javeriana Cali.

Sigue en Twitter @RectorJaveCali

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