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Alberto Castro Zawadsky

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Los privilegiados

Marchan porque han tenido el privilegio de conducir sus vidas con honestidad, sin engaños ni trampas. Porque no estuvieron confundidos en la juventud, participando en aventuras guerrilleras...

9 de marzo de 2024 Por: Alberto Castro Zawadsky

Tiene razón el galáctico líder al decir que quienes marchan contra su gobierno son privilegiados.

Si se observan con cuidado los videos, se encuentra que hay una mezcla heterogénea de razas, pintas, edades y categorías sociales. A pesar de la diversidad, es muy obvio que todos son privilegiados.

Han tenido el privilegio de trabajar duro, ahorrar y construir un patrimonio y un modo de vida digno que no involucra disfrazarse de camuflado, reclutar niños para armarlos y obligarlos a matar y poner bombas.

Son privilegiados porque han sabido aprovechar la poca o mucha educación que recibieron y la han puesto al servicio de los demás creando empresas o contribuyendo a que las empresas de otros prosperen y generen más empleos dignos.

Son privilegiados porque marchando expresan libremente su rechazo a unas políticas que han demostrado ser fórmula de miseria. Lo hacen por convicción y sin quemar comercios ni atacar policías para permitir el cinismo de que no hubo heridos, gracias al gobierno. No van en uniformes provistos por el gobierno. No llevan carteles elaborados por sus jefes. No marchan para conservar el puesto oficial que tanta indignidad y abuso les genera.

Marchan porque han tenido el privilegio de conducir sus vidas con honestidad, sin engaños ni trampas. Porque no estuvieron confundidos en la juventud, participando en aventuras guerrilleras, en asaltos o tortura de secuestrados. Porque han tenido la mente abierta a muchas ideas y han sido capaces de encontrar su verdad, conectada con la realidad, liberándose de dogmas y fanatismos.

Y sí, temen perder sus privilegios. Los de la libertad de expresión, de trabajo, de movilización, de salud, de pensión. Temen perder las organizaciones sociales con las que canalizan la filantropía que ayuda a los demás en una forma mucho más eficiente que el Estado.

El temor lo comparten con el compañero Presidente, quien tampoco quiere perder sus enormes privilegios, ni los de su esposa y su séquito de masajeadores, maquilladores y estilistas, de Nicolás con sus gasticos de 200 millones al mes, de sus miles de ineptos funcionarios que reciben jugosos salarios por exhibir ignorancia e ineptitud.

¿Cómo cabe tanto privilegiado en el país de la inequidad?

Son millones que protestan el privilegio de sostener a los cientos de parásitos que desconocen la austeridad.

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