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La celebración fue programada por la Arquidiócesis de Cali para promover el compromiso con los niños y rechazar cualquier maltrato y violación de sus derechos. | Foto: Raúl Palacios / El País

Columnistas

La invitación a la gran fiesta

Tenemos a quienes invitados por Dios a construir un mundo mejor, lleno de amor y paz, llevados por ideologías fanáticas equivocadas, han respondido con la violencia

15 de octubre de 2023 Por: Arquidiócesis de Cali

*Monseñor José Soleibe Arbeláez, obispo de Caldas, Antioquia.

El buen Dios ha preparado una fiesta maravillosa para todos nosotros, sus hijos, pues a todos nos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando de una vida plena. Sin embargo, Él nos conoce bien y sabía que no todos aceptarían su invitación; unos la rechazarían conscientemente: “No quisieron ir”; otros la recibirían con indiferencia: “No hicieron caso”, pues les importaban más sus tierras, sus negocios. Finalmente otros respondieron con violencia contra los criados, a unos los maltrataron y a otros hasta los mataron.

Podríamos ver aquí una foto de nuestra realidad colombiana en este momento histórico. Si bien la invitación del Señor a su fiesta es para todos, a unos simplemente no les interesa. Dios no está ya en su diario vivir, ni en su familia, ni en su trabajo, ni en sus amistades. Parecen decir, con el filósofo Nietzche: “Dios ha muerto”, “no existe”. Somos nosotros los seres humanos los que estamos llamados a construir este mundo, aunque de hecho, por nuestro orgullo, lo estamos destruyendo con nuestras incongruencias: tanta violencia, tanta mentira, tanto odio.

Otros han recibido la invitación a la cena con indiferencia, pues tal vez su compromiso con el mundo actual: la sociedad de consumo, sus tierras, sus negocios, el apego a la mundanidad que vivimos, los han llevado a la vida espiritual que tienen: rutinaria, mediocre, aburrida, no a una vida mejor, mucho más emocionante, comprometidos con el amor de Dios y de los que quieren un mundo más humano, más unido más fraternal.

Finalmente, tenemos a quienes invitados por Dios a construir un mundo mejor, lleno de amor y paz, llevados por ideologías fanáticas equivocadas, han respondido con la violencia, pues sus antivalores: el odio, el narcotráfico, el sexo, los han convertido en esclavos.

La Palabra de Dios nos invita a un gran banquete, a todos, sin excepción, ¡porque el amor de Dios no tiene límites! No vivamos el vacío que produce en la vida el rechazo de Dios Amor que nos invita a este encuentro con Él. Dios nos ama y por eso nos espera en su banquete, unidos, como hermanos, felices, comprometidos todos en la construcción de un mundo más humano. Qué maravilloso vivir esa aventura de luchar para transformar este mundo en el amor, la justicia, la libertad y la paz.

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