La ‘trampa’ de la informalidad
Andrés Cadena, socio senior de McKinsey en Colombia, participó hace un tiempo en el foro ‘Diálogos para el Desarrollo’, en Perú, con una interesante charla sobre el problema de ejecución de los gobiernos en América Latina, en la que afirma que los estados que han logrado ser más eficientes, lo han hecho no necesariamente gastando más, sino logrando resultados de impacto con una alta dosis de disciplina para llevarlos a la práctica.
Un importante mensaje que bien puede aplicarse a la manera como por años Colombia ha enfrentado el problema de la informalidad empresarial. Buscando la ‘calentura en las sábanas’, buena parte de las iniciativas con las que el país ha abordado este fenómeno se centran en ‘vías fáciles’ como que es un asunto solo de costos de entrada, lo que impide focalizar recursos para apoyar a sectores productivos informales con vocación de crecimiento y de permanencia en la formalidad. Son múltiples las iniciativas normativas en este sentido que no han logrado el resultado esperado.
Portafolio publicó recientemente una reseña de un estudio liderado por la investigadora de Fedesarrollo, Cristina Fernández, quien pone de una manera muy acertada el dedo en la llaga de esta problemática, que calcula en un 60% de las empresas del país, y aporta cifras y análisis de fondo a su entendimiento.
Dice la investigadora que el subsidio de los costos fijos de formalización dirigido a las unidades de subsistencia genera un tránsito de estas firmas a la “informalidad parásita”, pero no incrementa la formalidad; a no ser que paralelamente se implementen políticas de apoyo productivo o de un mayor control por parte de las autoridades.
Sin duda, es fundamental profundizar en la disparidad de las empresas informales, para abordarlo a través de un ‘mix’ de políticas, con la convicción de que la formalidad es un proceso con varias escalas.
Hay empresas informales con vocación de crecimiento y generación de empleo que requieren acciones de apoyo y financiación para que permanezcan en la formalidad. Mientras que hay empresas informales de subsistencia, es decir, que generan los ingresos para la manutención de la persona y/o de su núcleo familiar, con una baja productividad y problemas en su administración, cuya problemática requiere otro tipo de medidas.
La investigadora hace énfasis en la importancia de “enganchar” a las firmas en la escalera de la informalidad, a través de requisitos como el registro mercantil, para que avancen progresivamente en el cumplimiento de sus obligaciones ambientales, sanitarias y laborales hasta alcanzar la plena formalización. Y agrega que las empresas que más obtienen beneficios económicos de la formalidad son aquellas de mayor productividad en relación con sus pares, generando un círculo virtuoso.
Colombia requiere superar la ‘trampa’ de la informalidad, clave para lograr una mejor dinámica de crecimiento económico y que un mayor porcentaje de la población laboral cuente con seguridad social. Es dramático que menos de un 30% de la gente tenga asegurada una pensión.
Para ello, es necesario fortalecer al sector empresarial para aumentar su productividad y crecimiento a través de acciones articuladas para disminuir la informalidad, que partan de la comprensión de sus causas, con el fin de construir políticas integrales, y el trabajo conjunto con las entidades regionales de apoyo empresarial, que acompañan a los empresarios, sobre todo los más pequeños, en todas las escalas de su ingreso a la formalidad.