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Información para la competitividad

Los altos niveles de informalidad que históricamente ha registrado el país impiden...

21 de noviembre de 2015 Por: Julián Domínguez Rivera

Los altos niveles de informalidad que históricamente ha registrado el país impiden que contemos con información completa del tejido empresarial, lo cual representa una barrera para lograr el acceso a datos que permitan conocer en su totalidad la composición del universo empresarial colombiano y la adopción de políticas públicas y privadas más eficientes para fomentar la productividad. Por cada empresa formal hay una informal lo cual implica que en el país hay más de un millón trescientos mil empresas de las cuales desconocemos su estado actual y su contribución a la economía. Adicionalmente, no se cuenta con un buen arreglo institucional para compartir los datos de los registros administrativos. El equilibrio entre el Habeas Data y la Ley de Acceso a la Información es un aspecto clave que no se ha dirimido del todo y que constituye otro obstáculo en el propósito de contar con información completa y optimizar el correcto uso de la misma. A la par se hace necesario despertar mayor interés en los usuarios finales de la información ya sean instituciones públicas, privadas o los ciudadanos con el fin de que las decisiones u opiniones estén basadas en información estadística que refleje hechos y datos para no dar paso a especulaciones o a la simple reproducción de mitos. En este marco, fue oportuno el Foro Estadísticas para el Desarrollo organizado por el Dane y la Ocde, en el que se discutió sobre la importancia de los registros administrativos en la producción estadística y los principales retos a futuro. En esta materia vale la pena destacar que Colombia tiene un gran activo de información empresarial, económica y social que viene construyendo desde 1931 a través de los registros públicos empresariales y sociales.Estos registros constituyen una valiosa fuente de información y un elemento clave para la competitividad ya que han permitido mejorar la calidad del proceso de adopción de políticas públicas, aportar a la optimización de las decisiones de negocio y contribuir a mejorar la transparencia del país.Los registros públicos empresariales han posibilitado la realización de estudios económicos a partir de los cuales hoy sabemos, por citar sólo unos pocos ejemplos, que las empresas grandes tienen una vida de 18 años en promedio, las pymes de 12,5 años y las microempresas 6 años; que sólo el 1% de las empresas del país son exportadoras; y que de las sociedades vigentes en Colombia, apenas el 1,3 % tienen carácter de multirregionales, es decir, expanden su operación hacia otras regiones del país a través de la creación de sucursales y agencias.Asimismo, se han realizado avances en su uso institucional y en la virtualización de los servicios que se prestan a través de los mismos, que incluyen registros virtuales, mecanismos de pago electrónicos, sistemas biométricos de validación de identidad y acceso a la información a través de internet. Gracias a esto, hoy se cuenta con una excelente infraestructura tecnológica para potencializar la información empresarial, garantizando altos estándares de seguridad y que esté disponible desde cualquier lugar del mundo.Los retos para que la información empresarial que produce el país contribuya en mayor medida a su competitividad radican en incrementar la formalidad empresarial para contar con una ‘foto’ más completa de la economía del país. Y fomentar una cultura de la calidad de la información de los registros empresariales y sociales para que quien proporcione el dato sepa que al aportarlo y consolidarlo con el de los demás se beneficia personalmente, pero también propicia la adopción de políticas y programas que buscan fortalecer a todos los empresarios.

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