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Italia en Cali

He sido ferviente admirador de Italia porque, a mi juicio, de su...

15 de diciembre de 2016 Por: Jorge Restrepo Potes

He sido ferviente admirador de Italia porque, a mi juicio, de su diseño geográfico que parece una bota, emana buena parte de lo que llamamos cultura, que no es otra cosa que la elevación del ser humano sobre el nivel de las medianías. Tuve la fortuna de cursar el bachillerato en un colegio -Gimnasio Moderno de Bogotá- que ponía énfasis especial en ciencias sociales, y de ahí mi inclinación por la historia y la literatura, y en esta última descubrí a los grandes escritores italianos.Cuando para algunos condiscípulos era severo castigo leer ‘La Divina Comedia’, a mí me pareció libro encantador, y aún hoy, cargada de años la espalda, vuelvo a Dante -cuyo perfil “vive en el monetario de la gloria”, según Jorge Enrique Rodó-, y me introduzco en los diversos círculos del Infierno e imagino que allá están varios de mis compatriotas fallecidos y a donde también reservaron puesto algunos de los que andan sembrando odio en nuestra tierra. Sitio ideal de reunión para los que han pretendido hacer “invivible la república”, la de antes y la de ahora. Y desde luego tengo que citar al modesto escribiente florentino, Nicolás Maquiavelo, con su tratado de alta política en sus consejos al príncipe, que al pie de la letra siguen los que sobreponen la democracia de la emoción a la democracia del razonamiento.También destacan en Italia los músicos, los pintores y los escultores, y jamás he sentido mayor emoción que la que experimenté cuando pude ver a dos metros ‘La Piedad’ de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro, con Cristo desgonzado por la muerte sobre el regazo de su madre, de tal perfección que uno piensa que el escultor estaba tocado por la mano del Señor cuando tomó el cincel para convertir el mármol en esa maravilla.Luego vino mi entusiasmo por el cine italiano, y allí estaban para deleite de la vista y de mis otros sentidos Silvana Mangano, Gina Lollobrigida, Silvana Pampanini, Sophia Loren, y una que me quitaba el resuello y que duró poco en Cinecitta: Eleonora Rossi Drago, quien salió como Dios la trajo al mundo en ‘Sensualita’ (con acento prosódico en la a final), y después la preciosa Claudia Cardinale. Varias de ellas compartieron créditos con el excelente actor Marcello Mastroianni, que todos recordamos en la escena de La Dolce Vita con la sueca Anita Ekberg en la Fontana de Trevi.Colombia ha tenido la suerte de contar con una inmigración amplia de italianos que llegaron a crear empresas y a integrarse a nuestra sociedad, conformando familias que son orgullo del país. Para no ir muy lejos, de Italia proviene gente depositaria de grandes afectos que me permite tener una esposa y una hija que poseen la doble nacionalidad, colombiana e italiana, y que aman ambas patrias con igual intensidad.En Cali se asentaron muchos italianos y por eso hay una colonia numerosa. Acaba de posesionarse como cónsul María Paulina Escobar Ferraiouli, una mujer excepcional, hija de mi gran amigo Álvaro Escobar Chaparro, recientemente fallecido, y de la dama italiana Ana María Ferraiouli. La nueva diplomática se propone adelantar activa gestión que convoque a todos los italianos ‘caleñizados’, para formar un sólido grupo al servicio de la colonia y de la comunidad.El domingo próximo tendrá lugar la fiesta de Santa Lucía e Integración de fin de año, a partir de las 11 am en la Casona de la Fundación Hispanoamericana, Arroyohondo. Ahí nos vemos porque asistiré como cualquier ‘tano’.

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