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Diálogo en el parque

Me retiraré el día que se me acaben las fuerzas físicas y mentales, porque soy heredero de una tradición liberal que me obliga a servir al partido allí donde pueda ser útil

6 de diciembre de 2017 Por: Jorge Restrepo Potes

-Ole, Jorge, estaba ansioso por charlar con vos, a ver si me explicás este enredo de la cosa política, pero primero decime cuándo es que te vas a retirar de esa actividad, en la que ténes que aguantar tantos vainazos.

-Me retiraré el día que se me acaben las fuerzas físicas y mentales, porque soy heredero de una tradición liberal que me obliga a servir al partido allí donde pueda ser útil.

-Ve, y de todos los escenarios en que te has movido, en las corporaciones de elección popular y en la rama ejecutiva, como alcalde de Tuluá y en dos secretarías de la Gobernación, dónde estimás que haya sido mayor tu colaboración con el liberalismo, en cuyo nombre alcanzaste esas posiciones.

-Confieso que en el lugar en donde creo haber prestado mejor servicio al partido es en la columna de El País, que ha aparecido ininterrumpidamente por 40 años.

-La gente, que sabe de nuestra amistad, a veces me pregunta cómo te ha tolerado ese largo tiempo, cuando vos siempre has tenido unos conceptos políticos por lo general contrarios a la línea editorial del diario.

-Yo mismo me he hecho esa pregunta pues creo que soy de los pocos columnistas de Colombia a quien jamás le han ‘colgado’ una nota, ni ninguno de sus directivos me ha llamado la atención para que modifique o cambie un artículo. Es algo que dice bien del periódico fundado por mi amigo, ya fallecido, don Lalo Lloreda, jefe conservador que fue compañero mío en el Senado.

-Vamos al grano. ¿Cómo viste lo de la consulta liberal?

-Si leíste un escrito mío, estás enterado de que critiqué esa convocatoria, pero el Congreso Liberal de Septiembre último la ordenó, y el Consejo Nacional Electoral fijó la fecha del 19 de Noviembre para que todos los partidos que quisieran participar concurrieran. Verdes, uribistas y conservadores que habían manifestado atender el llamado, se corrieron, y por eso quedamos solamente los liberales.

-Estoy contento con el triunfo de Humberto de la Calle.

-También yo. Es el más competente de todos los aspirantes.

-Pensé que con tu afecto por Carlos Lleras Restrepo te haría ser aliado hoy de su nieto Germán Vargas Lleras.

-No podría serlo pues Vargas dejó de ser liberal, creó su propio partido, Cambio Radical, ahora apela a firmas, y luego de ser ministro de Santos por cuatro años y vicepresidente por tres, sale a decir que tiene grandes reparos al Acuerdo de Paz con las Farc, lo que me parece incoherente pues una negociación que fue arco toral del Gobierno actual, si eso molestaba a Vargas, ha debido renunciar y no acudir hoy a utilizar la misma táctica política de Uribe para combatir el pacto.

-¿Habrá unión de Uribe con Vargas?

-No la veo, porque Uribe no lo necesita, y porque teme que ese aliado de última hora le resulte díscolo, como Santos, y no sea un presidente servil.

-Pero tampoco la tiene fácil De la Calle.

-Es cierto. Por eso él sugiere una amplia coalición de centro–izquierda a la que ingresen vastos sectores de la sociedad, juventudes, sindicatos, académicos, en fin, todos aquellos que quieran enfrentar esa derecha ultramontana que pretende retrotraer al país a épocas que creíamos definitivamente extinguidas. La gente no quiere más violencia, ni más polarización, ni esta cadena diaria de insultos que ha convertido la política en campo de batalla, que detiene el progreso de Colombia. El hombre ideal para ese empeño es el candidato liberal.

-Dios te oiga. Volvé pronto.

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