Clint Eastwood

Cuando un periodista le pidió a John Ford que definiera el cine, el laureado director norteamericano respondió: Cine es ver caminar a Henry Fonda en ‘Mi querida Clementina’.

Adhiero a ese concepto del creador de tantas películas inolvidables, pero deseo agregar algunas opiniones personales sobre este tema.

Cine, para mí, es la mirada líquida de Greta Garbo en ‘Anna Karenina’, con ese amor adúltero que la lleva al suicidio en la escena final de la cinta.

Cine es ver a John Wayne en ‘El hombre tranquilo’, en esa larga secuencia de su pelea a puñetazos con Víctor McLaglen.

Cine es ver a Humphrey Bogart y a Katharine Hepburn en ‘La reina africana’, nombre del barquichuelo con el que hacen volar un acorazado nazi.

Cine es ver a James Dean bañado en petróleo en ‘Gigante’, o como adolescente con problemas psicológicos en ‘Al Este del paraíso’, y en ‘Rebelde sin causa’.

Cine es ver a Elizabeth Taylor y Richard Burton en ese largo y tremendo diálogo en ‘¿Quién le teme a Virginia Wolf?’ que los encumbró a cotas más altas que las que ambos ya tenían.

Cine es ver a Audrey Hepburn en ‘Sabrina’, como la hija del chofer de familia adinerada, que termina prefiriendo al cincuentón Bogart sobre el apuesto y juvenil William Holden.

Cine es ver a este último en ‘Infierno en la tierra’, que le valió el Óscar al interpretar a un detenido en campo de concentración nazi.

Cine es ver a Marlon Brando con sus cachetes llenos de algodones y la voz distorsionada en ‘El padrino’, que es en mi concepto la mejor película de todos los tiempos.

Cine es ver a Charlie Chaplin en ‘La quimera del oro’ imitando pasos de ballet con dos panecillos ensartados en tenedores.

Cine es ver a Al Pacino en el rol de ciego en ‘Perfume de mujer’, cuando baila tango a los acordes de ‘Por una cabeza’.

Cine es ver a Marilyn Monroe y Tony Curtis en la sensual escena de ‘Algunos lo prefieren caliente’.

Cine es ver a Paul Newman y Robert Redford como un par de bandidos en ‘Dos hombres y un destino’.

Cine es ver a Esther Williams en el ballet acuático del final de ‘Escuela de sirenas’, y a Johnny Weissmüller en las seis películas en las que interpretó al rey de la selva, desde ‘Tarzán el hombre mono’ hasta ‘Tarzán contra el mundo’, con esas increíbles tomas subacuáticas filmadas hace 90 años.

Pero no vacilo en afirmar que el referente máximo de la historia del cine es Clint Eastwood, el actor de mayor reconocimiento mundial, pues su nombre se escucha en los cinco continentes. Desde que Sergio Leone lo lanzó al estrellato con su trilogía ‘Spaghetti western’ hasta hoy, que con 91 años a cuestas acaba de estrenar ‘Cry Malo’, Eastwood puede ufanarse de haberlo hecho todo en su carrera: actor, productor, director, guionista, en fin, su biografía es espectacular.

Cowboy; detective sin escrúpulos en las cintas de ‘Harry el sucio’; romántico empedernido en ‘Los puentes de Madison’; entrenador de boxeo de una chica en ‘Golpes del destino’; ganador de varios Óscar por algunas de sus producciones, entre ellas ‘Los imperdonables’, quizás la mejor cinta de pistoleros que se haya filmado.

Para finalizar, no puedo dejar de mencionar a Sean Connery, el mejor 007 de todos los tiempos. Las siete películas en las que dio vida al ‘agente secreto al servicio de Su Majestad’, son superiores a las que vinieron luego con otros protagonistas, incluida la última que está ahora en la cartelera local.
​