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Homenaje ‘A Él’

La voz potente, brillante, de bello timbre, muy buena dicción y ritmo incomparable terminó imponiéndose en un momento en que era muy difícil entrar en un mercado salsero dominado por los puertorriqueños y ‘newyorricans’

22 de junio de 2023 Por: Gerardo Quintero

Corría 1981 y ya pocos recordaban a Óscar Emilio León Simoza, un reconocido taxista que una década antes andaba cruzando las avenidas de una Caracas brillosa, donde se veía el dinero que dejaban las regalías petroleras. Óscar Emilio resaltaba por su sonrisa que contagiaba a todos sus pasajeros, las buenas maneras y si estaban de suerte ese día, mientras durara el trayecto, Óscar les interpretaría algunas canciones de moda o por qué no, algún ‘numerito’ de uno de sus grandes ídolos: el gran Benny Moré.

En ese año ‘El diablo de la salsa’ ya era un exitoso artista y atrás habían quedado las esforzadas horas manejando taxi en la calurosa Caracas, los recorridos escolares conduciendo un bus y los turnos en la fábrica de la General Motors, y es allí cuando Óscar decide hacerle un homenaje al viejo Justo León, su padre.

De seguro mientras se preparaba para grabar uno de sus primeros álbumes con la Orquesta La Crítica, nuevamente sus nostalgias se reavivaron como llamas fugitivas hasta llegar a ese momento sublime en que Óscar llora recordando a su papá.

El 27 de noviembre del año pasado estuvo en Cali, fui a verlo, me sorprendió su figura imponente, su buen estado físico, su fortaleza en tarima sin pesarle un gramo sus ocho décadas. Con el mismo vigor que le conocí en una presentación icónica en el estadio Pascual Guerrero a mediados de los ochenta, ‘El faraón de la salsa’ tomó el micrófono, ordenó a sus músicos, hizo un par de acordes con su bajo y arrancó una descarga musical que no terminó sino una hora después.

La voz potente, brillante, de bello timbre, muy buena dicción y ritmo incomparable terminó imponiéndose en un momento en que era muy difícil entrar en un mercado salsero dominado por los puertorriqueños y ‘newyorricans’.

El domingo pasado se celebró el ‘Día del Padre’ y fue inevitable cantar y recordar a Óscar con un tema que se convirtió en nuestro himno salsero. Y es que mientras hacía la grabación de ‘A Él’, Óscar confesó que vivió uno de los momentos más conmovedores en su carrera artística. Cuando entonaba este disco que rinde homenaje “a ese hombre de tantos combates” rodaron las lágrimas e hizo un esfuerzo monumental por mantenerse en clave y no perder la interpretación.

“Lloré muchísimo porque siempre quise muchísimo a mi padre, y lo adoro aunque ya no lo tengo. Hace más de 20 años que se me fue y recuerdo que lloré muchísimo mientras lo cantaba, de hecho allí se oye cuando digo ‘Al padre (oye, padre) A tu papá (estoy cantando y llorando)”, me recordó Óscar.

Hoy llegan a mí los recuerdos cuando el año pasado tuvimos una conversación muy emotiva en la que le pregunté qué sentía cuando miraba hacia atrás y observaba ese largo camino recorrido, su respuesta, después de unos segundos de reflexión, fue hermosa: “Me siento complacido, lleno de mucho orgullo y, sobre todo, alegría, al ver que tantas autorías y producciones quedaron al gusto del público y eso es lo mejor que le puede pasar a un artista”.

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La de cierre: Al igual que ‘El León de la salsa’, complacido estoy de haber compartido con ustedes, un orgullo haber participado en las páginas de El País. Gracias a las directivas del diario y a los pacientes lectores por estos más de diez años de opinión. Llegan nuevas tareas y retos profesionales. Nos veremos pronto.

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