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No hubo alfombra roja

¿Qué tanto de lo que dijo Petro puede realizarse? ¿Sus 10 compromisos son viables? Al menos dos objetivos son básicos. Colombia los requiere con urgencia y el solo hecho de proponerlos es ya una esperanza.

8 de agosto de 2022 Por: Gloria H.

Empecemos por lo simple. No hubo alfombra roja, no era necesaria, pertenece al país del protocolo y de la apariencia donde no existen símbolos sino máscaras. Ese país es el que parece terminó el 7 de agosto y que Duque no quería soltar. En una actitud totalmente cobradora, se opuso a la salida de la espada de Bolívar, tratando de anular el significado e importancia que para el nuevo presidente tenía este símbolo. Su actitud fue mezquina y con aires de revanchismo. No en vano, una de sus frases motivadoras a través de sus cuatro años fue “el que la hace la paga”.

Por eso, imposible no recordar y comparar las dos posesiones. Desde el discurso horroroso de Macías, donde nos hizo sentir a muchos colombianos pena ajena por su revanchismo explícito. Este 2022, todo fue diferente. El discurso de Roy Barreras de antología. Palabras y conceptos de inmensa profundidad, donde se habló del pasado para abrir la esperanza. A Roy Barreras se lo considera voltearepas, pero si a cualquiera hoy se le ocurre hacer una encuesta mediría cuántos de los que iniciaron como uribistas continúan siéndolo. Cuántos han cambiado de líder de partido, pero no de ideología. Permanecer fiel a un jefe, cualquiera que sea su actitud, es más muestra de servilismo que lealtad.
Estáticos solo los muertos. Cambiar de líder no siempre significa cambiar de ideología. Por el contrario, puede significar coherencia interior. Roy fue brillante, emocional, erudito y claro poeta, fiel a su compromiso con la paz.

Colombia ya no será la misma porque la inclusión es la nota predominante en lo que se vivió durante la posesión. En la nueva coreografía del Himno Nacional se destacó un nuevo país, donde hasta el monumento de la resistencia de Cali mereció un lugar. Es claro que muchos insisten en negar su significado, pero es obvio que ya es un símbolo en la idiosincrasia caleña. Vale la pena que Cali reconcilie sus ‘dos’ monumentos. Y como esta imagen, las nuevas ilustraciones que acompañan el Himno no son tan solo ‘bonitas’, sino que encierran fuerza, dolor, inclusión, diversidad. ¿Cómo no haber visto este país que tuvo que indignarse hasta el extremo para ser reconocido? Y para quienes creen en esas ‘pendejadas’ de las energías, hasta la naturaleza conspiró. Fue un día soleado, donde pareciera que había un nuevo aire. Cuando Duque se posesionó el aguacero fue espantoso. Y claro, como remate el saludo de las dos familias no alcanzó ni para darse la mano. La incomodidad de los que se iban era demasiado evidente.

¿Qué tanto de lo que dijo Petro puede realizarse? ¿Sus 10 compromisos son viables? Al menos dos objetivos son básicos. Colombia los requiere con urgencia y el solo hecho de proponerlos es ya una esperanza.
Modificar el rumbo de la lucha contra las drogas y la búsqueda de la paz total. ¿Qué tanto lo logrará? Que el presidente lo imagine, lo cree y trabaje por conseguirlo es un cambio de discurso que genera paz y tranquilidad. Que un presidente sueñe con un país de inclusión porque él ha vivido la exclusión, es bien significativo. ¿Martin Luther King no soñó acaso con un nuevo mundo? Colombia no puede seguir midiéndose por los muertos de cada día, cualquiera que sea su oficio, ideología o territorio. Como escribió alguien: “Qué pena, pero hoy le quiero creer a todo el discurso de Petro”. Empezamos…

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