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Lealtad al papá

La lealtad, como cualquier virtud, es una moneda de dos caras y puede ser extraordinaria o peligrosísima.

12 de octubre de 2020 Por: Vicky Perea García

En Psicología se aprende que una persona deja de ser adolescente cuando no le importa la opinión de sus padres, pero no con actitud despreciativa sino de madurez. He crecido, tengo mi propio criterio y me atrevo a ser independiente y a asumir la consecuencias de mis actos.
Enric Corbera llama a esto el nacimiento del héroe. No es rebeldía, no es transgresión, es criterio, personalidad y seguridad. El mundo cambia y los criterios evolucionan. Si la humanidad hubiera hecho siempre lo que los padres desean, estaríamos haciendo bohíos… La diferencia permite la evolución, el movimiento, el cambio.

Carlos Holmes Trujillo García fue el primer alcalde de Cali por elección popular de 1988 a 1990. Faltando tres meses para terminar su papá muere, después de vivir un accidente cerebro vascular y él renuncia a la Alcaldía, (elegido con 77.000 votos), prefiriendo ser leal a su padre y a su movimiento por encima su compromiso con la ciudad. La derrota de su hermano José Renán a manos de Germán Villegas para la Alcaldía golpea al patriarca de los Trujillo (lo que precipita su muerte) y Carlos Holmes recoge sus banderas y las de su movimiento liberal, dejando inconcluso su período como gobernante. Como solo faltaban tres meses para terminar, lo reemplaza el Secretario de Gobierno. La lealtad (¿sumisión?) con su papá es absoluta y Carlos Holmes toma una decisión que traiciona a sus votantes. No se lo eligió por ser buen hijo, sino por sus condiciones para ser Alcalde. Lo inquietante es que a través de su historia, Trujillo demuestra una sumisión excesiva con sus ‘tutores’.

Dicen que renunciará para asumir las banderas de su actual padrino. Hay quienes creen que es el mejor exponente de esa ‘dinastía’. Soberbio, autoritario, prepotente. Hombres (sí, hombres) que consideran que los tiempos no evolucionan, que el mundo les pertenece, estilo Trump y que pueden hacer lo que se les antoje. Por algo anhelan reelección del republicano. Cuestionar la Justicia, violentar acuerdos, imponer sus ideas al estilo autoritario y patriarcal es parte de su filosofía. Para ellos el mundo les pertenece, no cambia, o sí o sí, se hace lo que ellos dispongan.
Su actitud ante la obligación constitucional de pedir perdón no solo fue retadora sino totalmente ofensiva. Los humanos no solo hablan con palabras. El lenguaje de los gestos es contundente… Holmes Trujillo fue demasiado despreciativo, pero anhela ser presidente de ‘todos’ los colombianos, aun de las víctimas ante las cuales no pudo bajar la cabeza.

La lealtad, como cualquier virtud, es una moneda de dos caras y puede ser extraordinaria o peligrosísima. Definitivamente es más sano un hombre o mujer con criterio que un individuo ‘obediente’ y leal, en especial en política donde el devenir del tiempo no se detiene. El criterio es lo que da seguridad no la lealtad a hombres o ideologías que entran en desuso. Obedecer al padre, seguir sus lineamientos, hacen de ese individuo una persona insegura que necesita ocultar sus defectos con la actitud extrema: prepotencia y autoritarismo. ¿A quien cree le sería leal Trujillo: a sus electores o a su tutor? Colombia tiene pendiente una investigación sobre la presencia (o ausencia) del padre en muchos políticos que han proyectado su historia en el país. No sólo es la madre…

Sigue en Twitter @revolturas

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