El pais
SUSCRÍBETE

Desde el cielo…

Recuérdame de una manera feliz... que el amor reine en tu vida. El mismo amor que sientes cada que me piensas. Ahora mi corazón late al ritmo de tu propio corazón.

19 de diciembre de 2022 Por: Gloria H.

No nos educaron para hablar de lo trascendente. Lo concreto, lo material, lo que los sentidos puedan comprobar pedagógicamente es (¿y era?) lo importante. Ver para creer al más puro estilo de Santo Tomás.
Tampoco la educación se preocupó por hablar sobre la muerte. Con la confusa idea de que lo que no se nombra no existe, el tema de la muerte se ignora. Así, mágicamente creemos que ninguno de los nuestros morirá… ‘no atraemos’ la muerte, la vida continúa, seremos eternos.
Pero, ignorarla no es desaparecerla. Al finalizar el año, en muchos corazones puede existir el balance (y el dolor) por los que se fueron.
Encontré unas palabras bellísimas y las quiero compartir. Para ti o para alguien de tu círculo pueden ser reparadoras. Porque aun cuando suene absurdo, los que se van, no desaparecen ni nos abandonan. Si estás dispuesto a escucharlos, sus señales son infinitas. Pero, tienes que abrir tu mente y tu corazón.

“Esta es mi Navidad en el cielo, desde acá puedo ver los pinos navideños por todo el mundo, con sus lucecitas como estrellas. La visión es espectacular. Hoy quiero que sepas que yo secaré tus lágrimas. Esas lagrimas que caen por tu rostro. Solo te pido que sean lágrimas de recuerdos hermosos de aquellos que pasamos juntos. No me recuerdes con dolor pues ¿sabes? esta Navidad la pasaré en el cielo, no imaginas cómo es el coro de Navidad que tenemos aquí, no tengo palabras para describir lo hermoso que es escuchar un ángel cantar y el gozo que esas voces me brindan. Esto es maravilloso, es inenarrable todo lo que estoy viendo aquí. Imagínate mi Navidad en el cielo. Aquí estoy con Dios. Y hoy le pediré que les dé fuerzas para seguir y que ilumine su camino. Sabes que estoy aquí para protegerlos, desde este lugar mi misión es acompañarlos y animarlos a seguir.

Enciende una luz por mí, para no olvidar el camino hacia tu corazón. Deja que tu corazón se alegre por un momento y deja que tu espíritu cante porque estoy pasando una Navidad en el cielo y estoy con Dios y con ustedes. Que no me vean no significa que desaparecí, que no estoy para ustedes. Recuérdame con alegría, recuerda mi risa, mis momentos de humor, cuando juntos compartíamos. Tu corazón sigue latiendo y yo estoy en cada latido. La vida sigue, lleva su ritmo, el reloj no se detiene.
Por lo mismo mi amor por ti, allí está. ¡Siéntelo! No me preguntes si fue muy pronto nuestra despedida. Alégrate por los momentos que compartimos juntos. Si algo te quedó de mí, disfrútalo, compártelo. Sí, sé cuánto me extrañas, puedo sentirlo, pues veo el dolor en tu corazón, pero no estoy lejos, estoy más cerca de ti porque te acompaño en todo momento. Estoy en los pájaros, en los árboles, en la naturaleza, en el aire, en cada espacio en el que estas, por el que pasas.

Realmente no nos hemos separado, sabes lo mucho que los amo, así que estén felices por mí y alegres en esta Navidad, pues yo estoy aquí desde mi casa en el Cielo. Les mando a cada uno un recuerdo de mi eterno amor, después de todo el amor es el mejor regalo y amarnos es lo más importante que Dios nos enseñó. Recuérdame de una manera feliz... que el amor reine en tu vida. El mismo amor que sientes cada que me piensas. Ahora mi corazón late al ritmo de tu propio corazón. Tienes la misión de darme vida en esta Navidad”. Anónimo.

AHORA EN Gloria H