Violencia en el Valle
Estamos lejos de llegar a esa discusión. Mientras tanto, hay zonas en nuestro Valle que son territorio ‘apache’, como Jamundí. Centenares de hectáreas de coca en la parte alta
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2 de feb de 2022, 11:45 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:28 p. m.
La arremetida del terrorismo en el Valle tiene un propósito claro. Por un lado despejar unas rutas para la salida de toneladas de cocaína, marihuana y heroína, y también la intención manifiesta de interferir en las elecciones que se avecinan.
No es gratuito que en menos de un mes reductos del Eln y disidencias de la Farc, sumado a bandas paramilitares estén generando violencia y desplazamiento en Buenaventura. Pero también hay un sorprendente accionar en municipios como Andalucía o qué tal el terrorismo en Cali, Bugalagrande o Tuluá. Más de quince zonas del Valle se encuentran en riesgo.
‘Guerra de guerrillas’, así es como me resumió Miguel Yusti, asesor de seguridad de la Gobernación del Valle, la estrategia terrorista que adelantan estos grupos al margen de la ley. Ante su incapacidad de enfrentar directamente a la Fuerza Pública, lo que les queda para infundir temor es desarrollar ataques efectistas, de alto impacto, con pocos hombres, que nos les generan grandes pérdidas, pero sí provocan un gran terror entre la población.
Estas acciones terroristas (el ataque a un camión lleno de policías, arrojar una granada a una camioneta de las autoridades, atacar una estación de Policía, incendiar un tren cañero y huir) provocan la sensación de inseguridad, de desprotección frente a los violentos. Eso aunque sabemos que lo que buscan los terroristas es generar esa sensación y terminar acusando al Gobierno de ineptitud. Es decir, al final el terrorista no es el culpable sino el gobierno y las autoridades legítimas.
Estamos en un triángulo perverso de la muerte, producto del narcotráfico. Cali tiene una posición geográfica envidiable, todo el sur del país se comunica con esta ciudad que es un corredor hacia el Pacífico y el centro del país. Por eso el profesor Alberto Ramos me dice que mientras no se encuentre una salida al perverso círculo vicioso del narcotráfico y tal vez avanzar hacia una parcial legalización de la coca como se ha hecho con la marihuana es que se podrían desactivar los actos violentos, porque al quitarle el carácter de ilegal ya no sería rentable el negocio criminal.
Estamos lejos de llegar a esa discusión. Mientras tanto, hay zonas en nuestro Valle que son territorio ‘apache’, como Jamundí. Centenares de hectáreas de coca en la parte alta. ¿Alguien de la Alcaldía, Gobernación o Ejército se atreve a ir a esa zona? Nadie, porque es una sentencia de muerte. O qué tal lo que sucede en el Cauca, 70 mil hectáreas de coca, presencia de carteles mexicanos, bandas criminales, Eln, disidencias, corrompiendo, asesinando y desplazando. El Valle está en el peor de los mundos. Los próximos meses serán de una dura arremetida y es necesario prepararse para enfrentar una escalada de violencia que busca volver al departamento una región fallida.
Sigue en Twitter @Gerardoquinte

Comunicador Social, egresado de la Universidad Autónoma de Occidente. Periodista por pasión y convicción. Cali, la ciudad de sus ancestros, que ama y sufre por igual. Sus escritos son la trinchera desde donde cuestiona, critica o también aplaude las buenas iniciativas. Sueña con una ciudad más justa, educada, cívica, segura e incluyente.
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