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Propuesta de los sabios

Lástima que las buenas intenciones que motivan a la comisión de sabios integrada por el presidente Duque para proponer el rumbo que el país debería tomar en materia de ciencia, tecnología e innovación...

12 de junio de 2019 Por: Gerardo Quintero

Lástima que las buenas intenciones que motivan a la comisión de sabios integrada por el presidente Duque para proponer el rumbo que el país debería tomar en materia de ciencia, tecnología e innovación, otra vez se estrellará con las talanqueras que hicieron que la pasada misión de 1994 tampoco fuera escuchada.

Y no es escuchada porque a una gran parte del país político y económico le interesa mantener las cosas como están. No existe motivación para cambiar estructuras por pequeñas que sean. Además, para algunos cualquier cambio significa perder privilegios, entregar espacios a personas que no son de ‘su nivel’ o simplemente otros, sin saberlo, son deterministas teológicos: ‘Dios lo quiso así’.

Entonces ahora que leo en El Espectador algunas de las primeras recomendaciones que Clemente Forero, doctor (este sí de verdad) en economía de la Universidad de Stanford, plantea para que el país salga de su atávico atraso y busque una luz de crecimiento con equidad, me pregunto si quienes toman las decisiones estarán dispuestos a bajarse de sus privilegios y buscar un bien común. Pero me respondo que no, porque Colombia le teme a esos cambios y no es capaz de enfrentar sus propios demonios que sin bozal llenan de sangre esta Nación.

Forero, quien además es el director del grupo de Ciencias Sociales para el Desarrollo Humano y la Equidad de la nueva Misión de Sabios, se pregunta algo ‘subversivo’: “¿Es posible tener crecimiento con equidad en Colombia? La respuesta es que si continuamos con el modelo de crecimiento económico que tenemos, basado en la explotación de recursos naturales, en concreto del petróleo y del carbón, entonces no es posible hacer compatibles el crecimiento y la equidad. Pero cuando la base del crecimiento son las ideas, el conocimiento y el saber científico entonces sí es posible lograr crecimiento con equidad, ese el argumento económico central que nos anima”.

No contento con esta afirmación, se ‘atreve’ a sugerir (con base una iniciativa desarrollada en EE.UU.) que la educación debe permear a todos y que si no hay recursos, debe considerarse que sea gratuita. “Hemos mirado en detalle la historia de EE.UU. desde 1890 a 1980, 90 años en los que ese país tuvo un crecimiento grande. ¿Cómo se dio? Expandiendo la base de la gente educada. El motor de su economía fue la educación, no para las elites sino para las bases. Durante esa época la educación secundaria y universitaria fue casi gratuita. Queremos replicar eso a nuestro modo”. Enseguida, plantea lo que denomina la universalización del conocimiento en niveles claves para lograr la equidad en Colombia, es decir, en la primera infancia y la secundaria. “Ahí está la clave para generar movilidad social. Si una persona no puede pagar esa educación, el Estado debe subsidiarla. Debemos entender, además, que la educación debe estar orientada hacia el posconflicto. Por eso la educación rural es fundamental para nuestra estrategia”.

Doctor Clemente, gracias por sus aportes, en 20 años se conformará una nueva comisión y me late que no lo van a invitar.

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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