Buen clima
Tanto se habla sobre el cuento del calentamiento global que me ha parecido deseable aliviar un poco las preocupaciones de quienes creen en él, repasando someramente la incidencia que han tenido los aumentos o disminuciones de la temperatura sobre el devenir de la humanidad.
Como es sabido, desde hace más de dos millones de años la Tierra viene experimentado unas variaciones de clima cíclicas, en las que se alternan eras glaciales de aproximadamente cien a ciento veinte mil años de duración, cuando se cubre de hielo buena parte de su superficie, con períodos interglaciales, en los que la vida es mucho más fácil, de diez a doce mil años. Hoy vivimos en la parte final de un período interglacial que se inició hace ya más de diez mil años, y cuyo final está posiblemente a una o dos decenas de siglos. Toda la civilización humana se ha desarrollado en este último período interglacial, y ha sido precisamente durante las épocas de temperaturas más altas cuando ella realmente ha progresado.
Durante el período interglacial en curso, en cinco largas temporadas las temperaturas fueron superiores a la actual. Antes de las dos primeras, que son conocidas como los Óptimos Climáticos del Holoceno y que han sido las más cálidas, los humanos eran apenas nómadas cazadores. El más importante avance de la humanidad, la domesticación de plantas y animales, se dio durante el primero de estos óptimos climáticos, entre 6000 y 4000 A.C. Durante el segundo, entre 3000 y 1300 AC, se multiplicaron a través del mundo avanzadas civilizaciones basadas en la agricultura.
Al segundo Óptimo del Holoceno le siguió un período de temperaturas bajas que se caracterizó por descensos en la población y aumentos en la pobreza que algunos consideran como la primera edad oscura de Europa. La tercera época de temperaturas altas fue más breve, y durante ella florecieron las ciudades estado griegas. Después del frio que siguió a la época de las ciudades griegas, se presentó el Óptimo Climático Romano, entre 300 A.C. y 300 D.C., cuando el imperio romano llegó a su plenitud, tanto política como intelectual.
El colapso del imperio romano acaeció durante el siguiente período frío, que duró entre 300 y 1000 DC y durante el que se vivió la edad oscura europea, caracterizada por hambrunas, pobreza y epidemias. De ella salió el mundo con la llegada del período cálido medioeval, de 1100 a 1350 D.C., el cual condujo a una nueva época de prosperidad y desarrollo cultural que culminó con el Renacimiento.
Pasado el período cálido medioeval, el mundo entró en una época tan fría que es conocida como la Pequeña Edad de Hielo, que se extendió entre 1400 y 1850, y durante la cual hubo innumerables hambrunas y grandes plagas. De ella pasamos a la época cálida actual, que no ha alcanzado las temperaturas de los óptimos anteriores, y en la que la humanidad ha logrado su mayor desarrollo y prosperidad.
Del repaso de los anteriores hechos es claro que a la humanidad siempre le ha ido mejor en las épocas cálidas que en las frías, y que le ha ido muy bien en épocas más cálidas que la actual. La amenaza de que un incremento de un grado en la temperatura del mundo va a llevarla a una catástrofe carece de fondo, más aún si se tiene en cuenta que la década de lejos más caliente de los últimos 170 años fue la tercera del siglo pasado, hace ya casi un siglo. ¡Disfruten el buen clima, respetados lectores!