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Rafael Nieto Loaiza

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Elecciones bajo el fusil

Muy peligroso que Petro haya dicho que, en relación con la advertencia por los riesgos y efectos de la violencia electoral

29 de octubre de 2023 Por: Rafael Nieto Loaiza

Algunas sombras que amenazan el proceso electoral. Las más graves son las que genera la combinación mortal de narcotráfico y los grupos armados violentos. Según la MOE, hay 312 municipios en riesgo, el 28% del país, 125 en riesgo extremo y 97 alto. Antioquia (50 municipios), Cauca (34 de 42), Chocó (27 de 30), Nariño (22 de 64) y Norte de Santander (18 de 40), son los más afectados. No es casualidad que esos sean también los departamentos con mayor presencia de cultivos ilícitos y, en consecuencia, de grupos armados ilegales. Según la Defensoría, la situación es peor: 676 municipios están en riesgo, el 60% del país. De acuerdo con la Fiscalía, “el mapa de riesgo electoral ha permitido establecer que 261 municipios están en alto riesgo de afectación en las elecciones y 494 están en riesgo medio”. Ponderando, cerca del 40% del país votará bajo la influencia de los fusiles asesinos.

En este año electoral, según la MOE, “la violencia contra los liderazgos políticos se incrementó un 92% respecto de 2019″ y se han presentado 1.352 hechos violentos atribuibles a grupos armados ilegales, “un aumento del 127% frente a 2019″. El 70% de los hechos letales contra candidatos se dan en municipios con presencia de grupos armados ilegales.

Las cifras muestran que los riesgos de la violencia son aún mayores para los candidatos que para los ciudadanos en general. El incremento de la violencia contra los liderazgos políticos es mucho mayor que el incremento de la tasa de homicidios en el país, un 5,4% más alta en el 2022 que en el 2021.

De manera que es no solo contra fáctico, sino muy peligroso que Petro haya dicho que, en relación con la advertencia por los riesgos y efectos de la violencia electoral, “todo lo que dijeron fue una burbuja con la intención de generar votos”. La declaración de Petro no solo desconoce la importancia de las alertas, institucionales y cívicas, sino que reafirma la idea de que el Gobierno no da garantías suficientes para el ejercicio de derechos políticos. Petro está entrampado en su eslogan de “la potencia mundial de la vida” y en su política de “paz total” que, paradójicamente, solo ha traído el fortalecimiento del narcotráfico y de los grupos criminales y con ello el incremento de la violencia.

También preocupa mucho que el Gobierno le haya pedido permiso a los violentos para ingresar a veintiún puestos de votación y que el jefe negociador de Petro con las Farc haya anunciado la participación de las disidencias en los actos protocolarios de apertura de la votación nacional. Más allá de que el gobierno haya reculado ante la reacción ciudadana, los dos hechos muestran un Gobierno entregado, claudicante ante los criminales, aun en medio de un certamen electoral.

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