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Por chupar caña

El crimen de los cinco muchachos de Llano Verde fue ayer parcialmente esclarecido.

28 de agosto de 2020 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

El crimen de los cinco muchachos de Llano Verde fue ayer parcialmente esclarecido. Enhorabuena por el esfuerzo sincronizado de la Fiscalía, autoridades, Gobernación y Alcaldía para facilitar el acceso a la información y el análisis probatorio que permitiera identificar a algunos de los autores.

Cinco muertes de menores de edad por meterse en un cañaduzal a ‘chupar caña’, esa actividad que hemos disfrutado los que hemos nacido en esta tierra bendecida por la naturaleza y abundante en la gramínea. Digo “parcialmente” y “algunos de los autores” porque aún subsisten dudas sobre el número de asesinos y si hubo autores determinantes porque una masacre como esa no surge de manera espontánea. Repudiable el crimen como repudiable ha sido nuestra indiferencia.

Quienes por ejemplo hemos trabajado con Buenaventura debemos explicarles a muchos de nuestros vallecaucanos que el Litoral Pacífico hace parte de nuestro territorio y no es una lejana nación africana. Algo parecido me sucedió cuando trabajando para la Fundación Carvajal, desarrollamos un proyecto etnoturístico en San Basilio de Palenque, Bolívar. ¿Cuántas veces no escuché, “cómo es que estás en Cartagena y te vas a un moridero desconocido?”. Cuánta ignorancia hay sobre nuestras raíces, culturalmente ricas, y cuánta indiferencia por nuestros hermanos y vecinos.

En las redes es más fácil encontrar solidaridad colombiana por desmanes o crímenes en Europa o Estados Unidos que por las tragedias de nuestras comunidades deprimidas. Desde épocas ancestrales, el arribismo nos mata. Es mejor mirar al norte o los polos sociales de la abundancia y no mirar hacia abajo, ese abajo pobre y cercano, que implora oportunidades y comprensión.

Olvidamos que es tan próximo a nosotros que su suerte terminará siendo la nuestra. Que el hambre del Litoral o de ciertas zonas del oriente de la ciudad, se saciará de alguna manera y su primera opción es el vecindario. Por eso hay que generar oportunidades en zonas de arraigo, por eso con sus productos debe haber comercio justo, por eso su mano de obra debe ser tratada con humanismo y dignidad, y su compensación con legalidad y gusto.

Samaniego en Nariño o Llano Verde, para mencionar solo dos casos de crímenes que carcomen nuestras entrañas porque es el dolor de padres, madres y amigos pues sabemos cómo se siente cuando un joven es asesinado, no pueden ser indiferentes. Esa indiferencia atormenta la conciencia de una comunidad digna y hace felices a sus asesinos.

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