Eder, en el avión equivocado

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, decidió hacer equipo con otros mandatarios locales, los de Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena, para una visita a los Estados Unidos que ya quedó etiquetada como una que pretende hacer ‘lobby’ para que Colombia no sea descertificada en su lucha contra el narcotráfico.

Muy convenientemente, pocas horas antes de iniciarse ese periplo por tierras de Norteamérica, Carlos Fernando Galán, el alcalde mayor de Bogotá, aduciendo “compromisos de agenda previamente acordados” se bajó de ese bus, mejor, de ese avión. Igual, creo yo, debió haber hecho nuestro Alcalde.

Es una visita claramente inconveniente, por no decir provocadora y desafiante, en el pulso que ya quedó establecido con el Gobierno Nacional. Digo que Eder se subió al avión equivocado por varias razones.

La primera, son sus acompañantes. Me explico: algo va, y por mucho, de Federico Gutiérrez, el alcalde de Medellín, y a Galán, el de Bogotá. Ambos están claramente en orillas opuestas al presidente Petro, con quien mantienen disputas por distintos temas, incluyendo transferencias, infraestructuras, seguridad, entre otros. Sin embargo, el tono de Federico Gutiérrez es decididamente de oposición política, con un discurso fuerte y casi siempre agresivo.

Nuestro Alcalde se encuentra igualmente en un lugar que no es de alineamiento político con el Gobierno Nacional, pero se le percibe controvirtiendo con Petro (cuando ha ocurrido) más en defensa del interés de la ciudad que por razones políticas e ideológicas. Y cuando esa tensión se ha presentado, Eder nunca ha abandonado las buenas maneras. Entonces, me pregunto, ¿a qué hora se dejó embarcar en este viaje que se siente más como desafío al presidente que como un gesto “patriótico” para favorecer los intereses de Colombia?

La segunda razón es el objetivo que pretendidamente es evitar que Colombia sea descertificada en su lucha contra las drogas y con ello se prive al país de recursos financieros y cooperación militar y policial con USA, además, posiblemente, junto con sanciones comerciales. No hay que ser muy experto en relaciones internacionales para saber que estos temas, por disposición constitucional, competen única y exclusivamente al Presidente de la República.

Por supuesto, no se trata de pedirle permiso al Gobierno Nacional para viajar a EE.UU., pero hay asuntos de competencias que provocadoramente se están traspasando. “Cada loro en su estaca”, como dice el refrán popular, así a muchos nos les guste el que habla desde la Casa de Nariño.

Por lo demás, esta visita no hará nada nuevo o mejor, de lo que ya han intentado empresarios y sectores políticos viajando para hablar con medio mundo para que no nos descertifiquen. Muy seguramente nos van a ‘castigar’ o en el mejor de los casos nos darán un visto bueno, pero condicionado. Y sobre el particular soy de los que cree que un nuevo enfoque de la lucha contra las drogas necesita ser concertado, reconociendo logros de Colombia, que no tienen antecedentes, como el volumen de las incautaciones, pero reconociendo también el desafío del crecimiento exponencial de los cultivos de coca.

Este diario dio cuenta el día de ayer de una agenda en EE. UU. del alcalde Eder muy ambiciosa, buscando apoyo y cooperación para temas de desarrollo y seguridad, entre otros, y eso está en la dirección correcta y hay que apoyarle y desearle que le vaya, muy pero muy bien. Pero para mejor había podido viajar acompañado de sectores políticos, sociales y empresariales de la ciudad.

Sin embargo, de alguna manera, el daño ya está hecho. Faltó tino y olfato político para decidir por una opción diferente.

Nuestro Alcalde se subió al avión equivocado…