Columnistas
¿Dónde venden espiritualidad?
El vacío de espiritualidad enferma, porque nos iguala con robots mecánicos cuya satisfacción se limita a lo externo, a la apariencia, a lo económico. La negación de lo trascendente nos está consumiendo
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias


30 de dic de 2025, 02:55 a. m.
Actualizado el 30 de dic de 2025, 02:55 a. m.
No está en ningún supermercado y menos en algún centro comercial. El ‘producto’ no existe comercialmente porque no es rentable. No hay laboratorio que lo fabrique ni en pastillas, inyecciones o gotas. No hay parches o compresas que se adhieran a la piel. En un mundo material este intangible no encaja. No tiene demanda, por lo tanto, no vale la pena desgastarse ‘fabricando’ un artículo sin salida. Pero, qué paradoja, lo que muestra la realidad de hoy es que, o la fabricamos, o la construimos, o la inventamos, sí o sí, porque su necesidad es apremiante.
Sin temor a exagerar gran parte de los problemas emocionales actuales tienen que ver con el desconocimiento que se le da a lo espiritual, al considerar que el mundo material y concreto, podía reemplazar la dimensión trascendente de los humanos. El vacío de espiritualidad enferma, porque nos iguala con robots mecánicos cuya satisfacción se limita a lo externo, a la apariencia, a lo económico. La negación de lo trascendente nos está consumiendo.
Espiritualidad y religión no son lo mismo. Religión, ritual y creencias sobre una deidad y las leyes que se siguen para no merecer castigo. Espiritualidad se define como conciencia o trascendencia más allá de lo palpable y concreto. Paradójicamente, los problemas emocionales o de comportamiento no se resuelven rezando (lo que sería solución religiosa) pero sí pueden originarse (entre otras causas) en una falta de espiritualidad.
Muchos problemas de conducta, adicciones, ansiedad, depresión, comienzan en el vacío interior que no se colma con lo material. La falta de sentido de la vida (ausencia de lo trascendente) es una vía rápida para la insatisfacción y conductas enfermizas. Que, repito, no se solucionan rezando… Hay que acudir a personal especializado. El vacío espiritual enferma y esta pandemia moderna hay que tratarla buscando respuestas más allá de lo material y concreto. ¿Por dónde empezar?
El que se haya creído que el mundo material ‘llena’ el vacío interior, es uno de los engaños más grande que afrontamos: más progreso, más pertenencias, más conocimiento, pero más insatisfacción. Y como la salud física no está separada de lo emocional, las consecuencias se marcan en todo el ‘empaque’ humano. Difícilmente se pueden trabajar problemas psicológicos sin hablar de ‘para qué nacemos’, ‘el sentido de la vida’, ‘la muerte final o transformación’, inquietudes vitales pertenecientes al mundo espiritual que se intentan evadir con el acelere consumista. Por eso, la necesidad de trascendencia, de profundizar más allá, sin hallar la respuesta, llevan a las crisis del mundo de hoy: ataques de pánico, ansiedad, angustia, intolerancia, depresión… Buscando afuera lo que se debe encontrar adentro.
Los laboratorios farmacéuticos ofrecen medicamentos que intentan mitigar pero terminan adormeciendo. Químicos sin terapia agravan el problema y lo convierten, tal vez, en enfermedad física. La necesidad apremiante de salir de lo material y concreto para darle un sentido diferente a la existencia es un llamado universal.
Hoy existe la conciencia de que el mundo es un ‘despelote’ y cada vez más, se extravía el camino de la convivencia y el respeto. Las religiones dicen “no le hagas a otro lo que no quisieras que a ti te hicieran”. No queda, sino la urgencia de recuperar la trascendencia, el camino espiritual que nos distancia de lo bestial y nos acerca a lo divino… 2026, debería ser el camino de regreso a lo esencial.

Psicóloga, conferencista de temas de pareja, cambio y espiritualidad. Licenciada en Letras. Directora de los programa de televisión Revolturas, Despertar de la Conciencia en el Canal 14, y "Consultándole a GloriaH" en el Canal 2 en Cali. Colaboradora habitual de la radio en Oye Cali, El corrillo de Mao . En 2009, ganó el premio Rodrigo Lloreda Caicedo a la mejor columna de opinión en El País. Autora de los libros Hablemos del Amor , "Amarte no es tan fácil" y Dónde esta mi papá´.
6024455000





