La mentira de Petro
El punto es que, a pesar de que aún hay mucho por hacer en materia social en el país, la situación no es tan catastrófica como el petrismo y la izquierda en general pregonan.
En el año 2003, el porcentaje de colombianos pobres era el 59% de la población, en el 2021, el 39,3%, o sea veinte puntos menos; en el 2003 estaba cubierto con algún tipo de servicio de salud el 60% de la población, mientras que en el 2021 esa cifra llegó al 98%.
Asimismo, en el 2003, el 95,7% de los colombianos tenía servicio de energía, y en el 2021 eran el 97,4%. En cuanto al servicio de acueducto, en 2003, el 95% de los habitantes del país lo tenían, esa cifra aumentó al 97,4% en el 2021.
En tanto, el servicio de gas domiciliario lo disfrutaba el 35,9% de la población en 2003. Para el 2023 esa cifra casi se duplicó y llegó al 67,2%. El analfabetismo pasó del 7,8% en 2003 al 5,1% en 2023.
Ahora bien, en el 2021 se vendieron 227.000 unidades de vivienda nuevas, siendo un año record en esa materia en Colombia. Gracias a esa cifra, más de la mitad de los colombianos tiene casa propia. Incluso y pese a la pandemia, el desempleo el año pasado fue menor que hace 20 años, al cerrar en 13,7%, mientras en el 2003 llegaba al 16,1%
Estos son algunos de los datos del Dane que reflejan cómo ha mejorado la calidad de vida de los colombianos en los últimos 20 años: el cubrimiento en salud casi se duplicó, el analfabetismo bajó, lo mismo que el desempleo, mientras que el porcentaje de familias con vivienda propia, creció. Y eso que esos son datos pospandemia, lo que implica un mérito mayor pues es de público conocimiento cómo golpeó los indicadores sociales, en el mundo entero, ese problema de salud.
El punto es que, a pesar de que aún hay mucho por hacer en materia social en el país, la situación no es tan catastrófica como el petrismo y la izquierda en general pregonan.
El país ha avanzado en materia social de una forma innegable, como lo demuestran las cifras del Dane. Pero la izquierda logró venderle al país que aquí no se ha avanzado un milímetro en ese campo y que, por el contrario, se ha retrocedido.
Hay que reconocer el éxito que han tenido Petro y compañía en posicionar en la mente de los colombianos, en especial de los jóvenes, la idea de que este país, en materia social es un desastre. Como decía Joseph, Goebels, una mentira repetida muchas veces termina pareciendo una verdad.
Entonces, está bien que quien quiera votar por Petro para la Presidencia que lo haga. Pero basado en verdades y no en las mentiras que repite el candidato del Pacto Histórico con frecuencia.
Hay quienes critican a aquellos que han escogido votar por un candidato por miedo a Petro. Pero es peor votar engañado. Y no es solo Petro el que miente. Ese parece ser un estilo que caló en el Pacto Histórico, como cuando Francia Márquez dijo que los huevos que consumimos los colombianos se importan de Alemania.
O como cuando el coordinador del petrismo en el Valle, de nombre impronunciable, dijo en un programa de televisión que el crecimiento récord que tuvo la economía el último trimestre se debió al crecimiento de la banca y que ese crecimiento se quedaba en los bolsillos de los “banqueros ricos”. Falso de toda falsedad. Los sectores que impulsaron el crecimiento del PIB en este período fueron las actividades artísticas, el comercio y la industria. La banca, incluso, decreció.
En resumen, para Colombia sería una catástrofe tener un presidente mentiroso. Y esa no es ninguna mentira.
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