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Gobierno primíparo

Esperemos que con el paso de los días aprenda a gobernar y entienda que eso es muy diferente a hacer oposición, que es lo que sabe el petrismo.

25 de agosto de 2022 Por: Diego Martínez Lloreda

El Esmad pasará a llamarse Unidad de Diálogo y Acompañamiento a la Manifestación Pública. Los miembros de este grupo ya no vestirán de negro sino de blanco, no utilizarán armas letales y las tanquetas serán habilitadas como ambulancias.

Con el fin de descongestionar las cárceles, los responsables de delitos menores, entre ellos los ladrones de celulares, ya no irán a prisión. Ahora se aplicará la justicia restaurativa, es decir, los cacos que sean sorprendidos con las manos en la masa tecnológica ya no serán detenidos (de hecho hasta el momento solo detienen a la inmensa minoría) sino que deberán devolverle al aparato a su dueño y pagarle durante seis meses la factura del teléfono (?).

Los cultivos ilícitos o de uso ilícito, como les gusta denominarlos a los mamertos, ya no serán fumigados ni erradicados a la fuerza. Solo se aplicará la sustitución voluntaria. O sea, serán erradicados los cultivos de aquellos campesinos que voluntariamente quieran dejar el rentable y seguro negocio de la siembra de hoja de coca, para aventurarse a cultivar limones y tomate.

Ese inventario de buenas intenciones, formuladas por diferentes funcionarios del gobierno Petro, son de una candidez que sorprende, sobre todo, si surgen de una administración presidida por alguien curtido en el combate político y en el combate de verdad.

Y, aunque me califiquen de agorero, me atrevo a decir que se van a quedar en eso. En buenas intenciones.

Vamos por partes. Pónganle el nombre que quieran y los vistan como los vistan, el escuadrón encargado de poner a raya a los violentos, cuando las manifestaciones degeneren en vandalismo, tendrá que entrar a actuar.

Y no lo harán agitando banderitas blancas, sino usando la fuerza legítima del Estado para evitar que estos vándalos maten inocentes y acaben con la infraestructura estatal y privada.

En este caso, el Gobierno quiere dejar contento a todo el mundo y al final va a dejar furiosos a tirios y troyanos. Los de la Primera Línea no quieren que les pongan límites a los grupos de choque de la Policía, sino que los desaparezcan, para ellos poder actuar a su antojo. Y la mayoría de la ciudadanía lo que quiere es que la autoridad defienda su vida y sus bienes, como ordena la Constitución. Y haciendo un Esmad ‘light’ eso no se logra.

Se viene una expansión geométrica de los cultivos ilícitos si se acaba la erradicación forzosa de los mismos y se deja como único mecanismo para combatirlos la sustitución voluntaria.

Ese mecanismo puede utilizarse con los pequeños cultivadores, siempre y cuando el Estado les garantice opciones rentables para reemplazarlos y les dé facilidades para comercializar sus productos. Pero, a los grandes cultivadores, propietarios del 80 % de esos cultivos, lo que hay es que combatirlos con todas las armas que tenga el Estado.

Pero el colmo de la candidez, que raya con la estupidez, es la iniciativa de aplicarles la justicia restaurativa a los ladrones de celulares. A quién le cabe en la cabeza que un ladrón de celulares va a devolverle el aparato a su dueño y a pagarle seis meses del consumo telefónico. Eso no va a pasar.

En el raro caso de que atrapen a un ladrón de celulares, lo más probable es que no puedan darle ningún beneficio pues estos no aplican para reincidentes. Y el 100 % de quienes se dedican a ese delito no se roba un celular y se jubila.

A este gobierno se le nota la primiparada. Esperemos que con el paso de los días aprenda a gobernar y entienda que eso es muy diferente a hacer oposición, que es lo que sabe el petrismo. Tal vez, entonces, comiencen a hacer propuestas realizables.

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