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Corrupción redonda

Que los rubicundos dirigentes de la Fifa eran unos pícaros lo sabíamos...

29 de mayo de 2015 Por: Diego Martínez Lloreda

Que los rubicundos dirigentes de la Fifa eran unos pícaros lo sabíamos hace rato. Lo que ignorábamos era que fueran unos extorsionadores capaces de cobrar hasta 100 millones de dólares de comisión por otorgarle a un país la sede de un Mundial de Fútbol, como han revelado las pesquisas de la fiscal Loretta Linch. ¡Hasta ‘Timoshenko’, verdadero experto en vacunas, debe estar escandalizado! Al estilo de la Cosa Nostra, con el fin de blindarse y garantizar el silencio de sus colaboradores, el rey Blatter se encargó de repartir los dividendos de los sobornos entre su corte. Por eso a tanto directivo de la Fifa le pusieron los ‘rolex’. Pero los jerarcas del fútbol Mundial no son los únicos que han caído en las garras de la corrupción. En todos los países ese modelo se ha repetido a escala. Y Colombia no ha escapado a este flagelo.Durante la década de los 80, el narcotráfico se apoderó de prácticamente todos los equipos de fútbol del rentado nacional. Cada traqueto tenía su juguete balompédico: los Rodríguez, el América; el Mexicano, Millonarios; Pablo Escobar, el Nacional, Fanor Arizabaleta, Santa Fe.De los pocos equipos que se libraron de la llegada de los dineros calientes fue el Deportivo Cali, gracias al temple de Alex Gorayeb y al esquema asociativo del equipo, que le impide a cualquier persona tener más de una acción en él.Pero ni los caleños pueden sacar pecho porque su equipo no escapó del todo a este fenómeno, pues años después estuvo manejado por un personaje que era el rey de los Sanandresitos y del que se decía también reinaba en el lavado de activos, aunque nunca se lo probaron.Cuando estos personajes espantosos comenzaron a adueñarse de los equipos, por sí mismos o a través de testaferros aún más espantosos, todos creíamos que lo hacían por adquirir estatus o porque eran muy hinchas. Qué ingenuidad.¿Por qué la mafia se interesó en el fútbol? porque era el escenario perfecto para lavar sus fortunas, sobre todo a través de la negociación de jugadores. De ahí que los Rodríguez llegaran a ser dueños de varias de las figuras más importantes del fútbol orbital.Ha sido de tal magnitud la penetración de los dineros mal habidos en nuestro balompié, que aún hoy hay equipos enredados en ese problema. De hecho el Envigado Fútbol Club fue incluido hace poco en la lista Clinton. Y el Santa Fe, uno de los equipos más exitosos de los últimos tiempos, tiene una de las nóminas más caras del país y nadie sabe de dónde sale la plata para sostenerla. Aunque se dice que los mecenas son un grupo selecto de esmeralderos. Y donde hay esmeraldas suele haber dineros turbios. Incluso mi amado Millonarios, al que tanto le costó librarse del fantasma de El Mexicano, terminó cayendo en manos de delincuentes de cuello blanco. Espero que los chicos de InterBolsa ya no tengan nada que ver con el equipo que yo, y la multitudinaria hinchada del América, soñamos ver campeón en pocos días.Para no hablar de los ‘jerarcas’ de la Dimayor y de la Federación Colombiana que duran una eternidad en sus cargos y salen convertidos en unos magnates. Ojalá el escándalo de la Fifa sirva, más allá de aterrarnos por un problema aparentemente ajeno, para depurar de una vez por todas el fútbol nacional. Medidas como la democratización de los clubes y la apertura de las cuentas de la Fedefútbol a los órganos de vigilancia, son inaplazables si queremos librar ese deporte tan bello de los canallas y hampones que lo rondan.

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