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Cañando con Víctor J.

En el Póquer, cuando algún jugador mañoso pretende hacerles creer a sus...

17 de diciembre de 2010 Por: Diego Martínez Lloreda

En el Póquer, cuando algún jugador mañoso pretende hacerles creer a sus contrincantes que tiene un gran juego, sin ser así, se dice que está ‘cañando con par jotas’.La expresión cae como anillo al dedo para explicar la estrategia que los mañosos jugadores políticos del PIN están adelantado de cara a las llamadas elecciones atípicas. La jugada es muy simple. Los ‘cerebros’ tras la candidatura de Víctor Julio González están vendiendo la idea de que el hombre ya está elegido. Que no hay nada que hacer. Que los resultados de las elecciones parlamentarias demuestran que el PIN es inderrotable en el Valle. Lo peor es que están consiguiendo su propósito. Y mucha gente, incluso prestigiosos periodistas de la capital, está comiendo cuento y ya dan por descontado el triunfo del candidato impulsado por el PIN. El propósito de los estrategas de ese partido parece ser que en las elecciones del 23 de enero vote la menor cantidad de gente posible. Porque entre menos personas participen, menos tendrán que invertirle al asunto. Y para ellos está claro que las elecciones se ganan “es con billete”. Según el actual Ministro del Interior, y entusiasta promotor de los comicios atípicos, el abultado resultado que obtuvo el PIN en marzo pasado fue la consecuencia directa de los “ríos de dinero” que circularon en las elecciones legislativas.El problema para el PIN es que para las elecciones de enero no parecen contar con esos ríos de dinero. Aunque, según dicen, algo les lloverá por cuenta de ciertos recursos orientados por la ‘CVY’ para atender a las víctimas de la temporada invernal. Y sin ríos de plata, no habrá caudal de votantes. Porque los votos de esa colectividad no son propiamente de opinión. Entonces, como el curtido jugador de Póquer, ese partido pretende cañar ‘con par jotas’ y hacerles creer a los votantes del Valle que sí cuentan con muchos recursos y que ni se les ocurra perder el tiempo votando por un candidato diferente al de ellos.No podemos los vallecaucanos caer en esa trampa. Si hay unos comicios en los que el PIN es vencible, esos son los de enero próximo, si es que al final se hacen. El PIN está corto de recursos y además quiere reservar todas sus energías y todos sus recursos para los comicios de octubre. Otro hándicap para estas elecciones es que tampoco cuentan con gobernador de bolsillo que les abra la llave de la Licorera para hacer la fiesta electoral, repartiendo a diestra y siniestra Blanco del Valle. Aguardiente que, además de todas las propiedades que lo han hecho famoso, al parecer también ha servido en el pasado reciente como un efectivo inductor de votos.Los vallecaucanos debemos tener muy claro que el próximo 23 de enero, si el Consejo de Estado o el Gobierno o quien sea no impide estos comicios absurdos, la fórmula para desnudar el cañazo que nos quieren meter es muy simple: meterle muchos votos al asunto y hacer un ‘full’ de ases. ***A propósito: la autoproclamada “robustez” del gobierno de Jorge Iván Ospina me recuerda al Titanic, el barco que ni Dios podía hundir. Y en medio de la tormenta, el capitán de esa nave resuelve emprenderla contra quienes le advierten sobre la inminencia del choque con el iceberg.

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