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Jorge Humberto Cadavid Pbro

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Desactivemos los conflictos, con el arma del diálogo

Cuántas veces hemos tenido tantos conflictos y desencuentros entre nosotros por lo que dijimos, cómo lo dijimos, a quién se lo dijimos.

14 de mayo de 2023 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Cuántas veces hemos tenido tantos conflictos y desencuentros entre nosotros por lo que dijimos, cómo lo dijimos, a quién se lo dijimos. Es por lo que he querido, retomando las palabras del papa Francisco en su última visita al exterior -la hizo a Hungría-, escoger como centro de mi opinión hoy una de sus ideas pronunciadas allí: “No nos dejemos contagiar por la lógica perversa de la guerra; no caigamos en la trampa del odio al enemigo. Volvamos a situar la paz en el centro de nuestra visión del futuro, como objetivo central de nuestra acción personal, social y política, a todos los niveles. Desactivemos los conflictos con el arma del diálogo”.

Quiero traer tres casos de seres humanos en diversas circunstancias sociales y particulares de su vida en donde la palabra que expresa la célula más importante de toda sociedad, la Familia, era como la medida para la realización de muchas otras más que tienen que ver con la humanidad y su ordenamiento, con el hombre mismo con la paz.

Sirimavo Bandanaraike, tres veces primera ministra de Sri Lanka, simple ama de casa, con sentido común para tomar decisiones, pero sin formación académica de la política. En entrevista con la famosa periodista Oriana Fallaci, le respondió que ella había sido capaz de enfrentarse a gobernar su país, después del asesinato de su esposo, pensando que su Patria era como una familia, ella la madre, y el pueblo sus hijos y al hijo que se porta bien lo premia, y al que se porta mal le castiga.

Otro personaje es el doctor Antonio José Cadavid, vivió entre los siglos pasado y antepasado, en el período difícil del enfrentamiento entre los dos partidos, Liberal y Conservador de final de siglo y comienzos del XX, donde experimentó la Guerra de los Mil Días. Dice de él monseñor Pedro Alejandro Bermúdez: “Rector de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, puesto en que permaneció con gran ventaja y provecho para la Facultad hasta el 12 de junio de 1919, día en que por desgracia para los estudios jurídicos sucumbió prematuramente este Maestro, considerado universalmente entre nosotros como una de las glorias más preclaras del Foro colombiano”. Este abogado, cuentan y consta en varios escritos de la época que cuando le ofrecieron sus amigos la candidatura conservadora a la presidencia, respondió: “Si no he sido capaz de poner orden en mi familia, mucho menos seré capaz de gobernar ese potro que es Colombia”.

Y la última la tomo de la carta de Pablo a Timoteo, en la cual refiriéndose a los pastores de la Iglesia en las cualidades que los deben rodear, les dice: “Debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; Porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?”

Son solo tres casos de personas e instituciones muy diversas del actuar humano, pero que tienen que ver con la paz y con la calidad de la persona que lidera, diríamos el talante, donde el comportamiento humano y familiar marcan esencialmente la clase de liderazgo y la capacidad de discernir con verdadera sabiduría, el Bien Común, porque sabe reconocer con humildad que escuchando y dialogando adquiere la plenitud del conocimiento y puede actuar esperando ser entendido y comprendido, para responder a las necesidades del todo.

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